GARA
NAIPYIDÓ

La misión de la ONU constata la represión contra los rohinyás

La misión creada por el Consejo de Seguridad de la ONU para que informe de la crisis rohinyá acabó ayer la visita Myanmar con un llamamiento a investigar los crímenes cometidos a esta minoría y a mejorar la situación para el regreso de los cientos de miles de huidos que acoge Bangladesh. «Debe haber una verdadera investigación», manifestó la diplomática británica Karen Pierce tras visitar campos de refugiados en el estado de Rakain y Bangladesh.

Myanmar debe llevar a cabo una «verdadera investigación» sobre la represión contra los rohinyás, subrayó ayer en declaraciones a los medios la diplomática británica e integrante de la misión creada por el Consejo de Seguridad de la ONU Karen Pierce.

«Para que se puedan rendir cuentas debe haber una verdadera investigación», manifestó tras visitar campamentos de refugiados rohinyás tanto en el estado de Rakain como en el vecino Bangladesh, que acoge a cerca de 700.000 miembros de esta etnia musulmana no reconocida por el Estado birmano.

La misión llegó el lunes a Naipyidó procedente de Dacca y ese mismo día se reunió con representantes civiles y la autoridades, entre otros la jefa de facto del Gobierno, Aung San Suu Kyi, y el jefe de las Fuerzas Armadas, el general Min Aung Hlaing, que negaron las acusaciones de genocidio. El Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU calificó de genocidio y de limpieza étnica la represión militar en el estado de Rakain. Organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch denunciaron a través de imágenes de satélite el incendio total o parcial de decenas de aldeas rohinyás y su posterior repoblación por colonos, así como el robo de sus cosechas para impedir su regreso.

«Volando por encima, la escala de la devastación se vuelve clara», escribió la embajadora Pierce en su cuenta de Twitter.

El embajador sueco ante la ONU, Olof Skoog, señaló que tras recorrer las aldeas quemadas recomendó a Myanmar «encarecidamente trabajar con Acnur y las agencias de la ONU para reconstruir la confianza, garantizar los derechos plenos y el retorno seguro, digno y voluntario de los rohinyás».

El diplomático peruano Gustavo Meza-Cuadra, quien encabeza la misión integrada por representantes de los 15 países que forman el actual Consejo de Seguridad, insistió en la importancia de investigar las muertes, violaciones, torturas, incendios y otros crímenes.

Un tribunal de Justicia birmano condenó en abril a siete soldados a 10 años de prisión con trabajos forzados por la muerte de una decena de rohinyás.