Víctor ESQUIROL
VERSIÓN ORIGINAL (Y DIGITAL)

Contraprogama cannois

Cuando estés leyendo esto ya habrá empezado la 71ª edición del Festival de Cine más importante del mundo. La alfombra roja se habrá desplegado por toda la Croisette y las películas candidatas a la Palma de Oro habrán empezado a mostrar sus virtudes (y esperemos que no demasiados defectos). Todo esto, al ritmo vertiginoso de una polémica o dos por segundo. Recordemos que la fauna cannoise vive también (o principalmente) de esto.

Hablando de... la previa de dicho certamen ha estado marcada, mayormente, por la guerra entre la organización y Netflix. Grosso modo: el apoyo del equipo de Thierry Frémaux al gremio de exhibidores cinematográficos franceses ha hecho que el Goliat del VOD se haya borrado de la cita francesa. Con ello, nos hemos quedado con las ganas de ver lo nuevo de Alfonso Cuarón y de... Orson Welles, sí.

La Croisette ha perdido pues parte de su encanto apriorístico, y ojo, porque las malas lenguas no descartan que Netflix haga accesibles dichos títulos durante el festival. De ser así, se confirmaría el que a buen seguro debería considerarse como el contraprograma más potente (y desafiante) en los 71 años de historia de Cannes.

Mientras esto no sucede (y sinceramente espero que no) tenemos motivos más que suficientes para analizar dos de las últimas grandes adquisiciones de dicha plataforma. Ambas vienen del oriente lejano. La primera es el nuevo trabajo del surcoreano Yeon Sang-ho, director que saltó a la fama con “Train to Busan”, película presentada precisamente en «Le Festival».

Ahora con “Psychokinesis” pretende seguir situando a su país natal en el epicentro mundial del cine de género. Si antes nos golpeó con hordas interminables de zombies, ahora hace lo propio a través de una serie de increíbles superpoderes.

En otras palabras, toca plegarse ante los caprichos y las fórmulas de la superhero movie. En este sentido, Sang-ho se muestra más como un alumno aplicado, que no como uno aventajado. Salta a la vista que entiende los peajes por los que tiene que pasar... hecho por el que, tal vez, muestre tan poco interés en saltárselos. “Psychokinesis” acaba mostrándose así como un simpático ejericio de cine familiar espectacular, siempre al borde de lo rutinario. En el planteamiento y desarrollo del elemento fantástico y en la dependencia para con los efectos especiales, la película se siente cómoda en lo convencional. Tanto, que ahí encuentra su –escasa– personalidad.

De esto último va sobrado John Woo. El veterano director de acción desembarca también en Netflix con la delirante (y por esto desternillante) “Manhunt”, refrito muy autoconciente de las cintas de patadas, tiros y explosiones made in Hong Kong. Se trata de un encadenado de frases y piruetas imposibles; de un disparate (voluntario donde los haya) en el que un abogado y un detective juntan ingenios y pistolas para derribar un poderoso complot empresarial a nivel internacional. Un film trepidante que se divierte jugando en los territorios de la auto-caricatura, y en el que el director concede a su propia carrera, el merecidísimo homenaje que se merece.