El ministro del Interior de Pakistán, Ahsan Iqbal, se recuperaba ayer de las heridas de bala que sufrió el domingo al ser tiroteado cuando se encontraba reunido con la población de la localidad de Narowal, en la céntrica provincia de Punjab. Dos personas han sido detenidas en relación a este atentado. El principal sospechoso, Abid Hussain, de 21 años, que fue detenido cuando iba a disparar por segunda vez, es miembro del partido islamista Tehreek-i-Labaik y dijo haber cometido el ataque porque el Gobierno cometió blasfemia contra el islam hace meses.

Iqbal, de 59 años, fue alcanzado el domingo por la noche en el brazo derecho cuando salía de un acto electoral en su circunscripción. Una bala le atravesó el codo y se alojó en su abdomen, pero su vida no corre peligro.

El atentado ocurrió cuando Pakistán se prepara para realizar comicios legislativos, aunque no hay fecha definitiva, y cuando el partido en el poder, la Liga musulmana paquistaní (PMLN), enfrenta problemas después de que la Corte Suprema destituyera en julio por corrupción al ex primer ministro Nawaz Sharif, impedido para dirigir el PMLN, que creó, y le prohibió participar de por vida en cualquier elección.

Ali Anan Qamar, comisario adjunto del distrito donde resultó herido el ministro, indicó que el atacante dijo haber cometido el ataque por la enmienda aprobada el año pasado que cambió el texto del juramento de los cargos públicos, pasando de «yo creo» a «yo juro» que Mahoma es el último profeta del islam, y que los fundamentalistas relacionan con la blasfemia, un tema muy sensible allí.

El pequeño partido islamista Tehreek-i-Labaik bloqueó durante tres semanas el principal acceso a la capital, Islamabad y, finalmente, logró la dimisión de un ministro tras un acuerdo negociado por el Ejército. Muchos paquistaníes y observadores se preocuparon entonces de lo que consideran un peligroso precedente y un signo de debilidad del Gobierno.

El líder del partido, Jadim Hussain Rizvi, condenó el ataque en un comunicado y aseguró que la formación no ha autorizado ni ordenado a ninguno de sus miembros tomar las armas ni realizar ningún tipo de acción similar.