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beirut

Hizbulah vence en unas elecciones con menos del 50% de participación

Hizbulah venció en las elecciones legislativas de Líbano, en las que la participación no llegó al 50% y en las que el partido del primer ministro, Saad Hariri, perdió un tercio de sus escaños. Hizbulah refuerza así su posición para formar alianzas y decidir en temas clave.

El movimiento chií Hizbulah se felicitó por la «gran victoria» en las legislativas en una votación en la que su principal rival, el primer ministro suní, Saad Hariri, resultó ser el gran perdedor.

Las elecciones del domingo estuvieron marcadas por la baja participación que alcanzó solo al 49,2%, y la emergencia de candidatos de la sociedad civil que desafiaron a la oligarquía política tradicional y que podrían alcanzar un par de escaños.

La política sectaria de reparto del poder en Líbano implica que ninguna alianza del Parlamento de 128 escaños gozará de una mayoría estable. Pero Hizbulah consolida su posición entre la comunidad musulmana y se refuerza ante las alianzas que podría sellar o renovar.

«Es una gran victoria moral y política para la resistencia», afirmó el líder de el partido-milicia chií, Hassan Nasrallah.

Las estimaciones de Hizbulah, unas horas después de comenzado el escrutinio, indican que el movimiento se impuso en casi todas las circunscripciones en las que tenía candidatos. «Podemos decir que se ha conseguido el objetivo», añadió Nasrallah, que no quiso adelantarse a los resultados oficiales.

Sí ofreció algunos datos Hariri, que admitió que su partido, Corriente de Futuro, hasta ahora primera fuerza, ha perdido casi un tercio de los escaños, pasando de 33 a 21 diputados. «Esto no es el fin del mundo», dijo Hariri, y estimó que su partido «debería haber hecho más». El hemiciclo está dividido entre partidos cristianos y musulmanes, que tienen reservados 64 escaños cada grupo. Aunque cada comunidad se mantiene con el mismo poder, Hizbulah puede ahora forjar más fácilmente mayorías para tomar decisiones sobre temas clave.

En un contexto de fuertes tensiones regionales, la derrota de Hariri, apoyado por Arabia Saudí, se produce seis meses después de su rocambolesca dimisión forzada desde Ryad, cuyo régimen finalmente le permitió volver, vía París. Hariri dio marcha atrás en su decisión, pero su imagen quedó muy tocada.

Los nuevos contornos del Parlamento libanés podrían reforzar el papel de árbitro al que aspira el partido cristiano del presidente Michel Aoun, que obtendría 28 escaños según estimaciones no oficiales.

Desde 2009, el mandato del Parlamento se prorrogó en tres ocasiones, aludiendo los riesgos de la guerra en la vecina Siria en la que participa directamente Hizbulah.