El soldado israelí Elor Azaria, condenado por homicidio por haber rematado a un palestino herido, desarmado e inmovilizado en el suelo, fue excarcelado ayer y recibido como un héroe por un grupo de seguidores tras haber pasado nueve meses en prisión, la mitad de su condena inicial de 18 meses por haber rematado en marzo de 2016 de un disparo en la cabeza al palestino Abdel Fattah al-Sharif en Hebrón, en la Cisjordania ocupada, cuando yacía indefenso.

Un vídeo grabado por la ONG Betselem muestra a Al-Sharif, de 21 años entonces, tendido en el suelo junto a otro palestino y herido tras intentar atacar con un cuchillo a unos soldados, según el Ejército. Unos once minutos después del tiroteo inicial, Azaria le disparó en la cabeza sin que mediara ninguna provocación.

El jefe del Estado Mayor del Ejército, Gadi Eisenkot, redujo cuatro meses la condena inicial y en marzo, una junta encargada de decidir la libertad condicional, ordenó un nuevo recorte, hasta los nueve meses.

Azaria salió de la prisión militar de Tzrifim dos días antes de lo previsto para poder asistir a la boda de su hermano.

El ministro de Educación israelí, Naftali Bennett, y el primer ministro Benjamin Netanyahu, expresaron su júbilo por la liberación de Azaria, que causó indignación entre los palestinos, que consideraron que su condena había sido escandalosamente corta. La madre de Al-Sharif lamentó que «no hay nada que podamos hacer. Esto es algo natural para ellos», los israelíes.