Una familia de cinco miembros, incluida una niña de 8 años que sobrevivió, cometió ayer un atentado suicida contra una comisaría, hiriendo a diez personas, en la ciudad indonesia de Surabaya. El atentado fue reivindicado por el Estado Islámico (ISIS) y se produjo un día después de que seis miembros de otra familia atentaran contra tres iglesias en Surabaya y causaran 12 muertos.

La hija de 8 años sobrevivió, según el jefe de la Policía Nacional, Tito Karnavian, que indicó que «había cinco personas en dos motocicletas. En una de ellas era una niña pequeña. Se trata de una familia».

El atentado del domingo fue llevado a cabo por una madre, el padre, las dos hijas de 9 y 12 años y los dos hijos de 16 y 18 años, que, según la Policía estaban vinculados al movimiento yihadista indonesio Jamaah Ansharut Daulah (JAD), que apoya al ISIS. La Policía identificó al padre como Dita Priyanto, y afirmó que «dio instrucciones a la célula para actuar».

Los objetivos fueron tres iglesias –una católica, una protestante y una pentecostal– de esa ciudad situada en la provincia de Java Oriental, cuando se celebraba la misa del domingo.

Unas horas después de los atentados suicidas contra iglesias, otra bomba sacudió un apartamento al sur de la ciudad en el distrito Sidoarjo en el que vivía otra familia y en el que murieron el padre, la madre y un hijo, mientras que otros tres vástagos resultaron heridos. La Policía considera que la explosión se debió a un error en la manipulación de explosivos y señaló que el padre implicado en los atentados contra las iglesias era amigo del hombre muerto en el apartamento.