Los parlamentarios griegos comenzaron ayer a debatir una moción de censura presentada contra el Gobierno griego por el partido opositor Nueva Democracia, que rechaza el acuerdo de Atenas con el Ejecutivo de la Antigua República Yugoslava de Macedonia (ARYM) sobre el nuevo nombre oficial para el país vecino, «República de Macedonia del Norte», en un pacto que pone fin a una disputa que se ha prolongado durante décadas. La moción cuestiona que el Gobierno tenga derecho a firmar un acuerdo de semejante magnitud sin consultar previamente al Parlamento. La votación tendrán lugar en la medianoche del sábado, si bien no se excluye que sea el domingo.

El acuerdo anunciado el martes por el primer ministro griego, Alexis Tsipras, y su homólogo macedonio, Zoran Zaev, requiere de la ratificación de ambos parlamentos. El socio de Syriza en el Gobierno, la formación conservadora Griegos Independientes, ya había advertido de que no respaldaría ningún acuerdo que no implicase la desaparición del término Macedonia de la nomenclatura del país.

También la derecha macedonia lo rechaza. El jefe de la oposición macedonia del partido VMRO-DPMNE , Hristijan Mickoski, lo calificó como una «derrota absoluta», «una traición a las expectativas de los ciudadanos» y una «capitulación».

En la ARYM la aprobación del acuerdo tendrá más obstáculos, ya que además de una primera votación parlamentaria, prevista para la semana próxima, son necesarios un referendo popular y una reforma de la Constitución, que deberá ser respaldada por dos tercios del Parlamen- to. El propio presidente del país, Gjorge Ivanov, ha adelantado que «nunca firmaré un texto tan dañino. Repito, nunca. Es inaceptable e indigno».