Beñat ZARRABEITIA
LEYENDA DE PANAMÁ

El recuerdo de Rommel, «El Zorro del Área»

El 6 de mayo se cumplieron 25 años de la muerte en accidente de Rommel Fernández, «Zorro del Área» y leyenda del fútbol panameño. Un cuarto de siglo después, Panamá debuta en un mundial frente a Bélgica. Humildes, los canaleros pretenden hacer un buen papel, dar una alegría a su afición y, cómo no, amarrar un contrato en Europa.

Rommel Fernández nació el 15 de enero 1966 en El Chorillo, uno de los distritos más pobres del país. Una zona poblada en su mayoría por trabajadores antillanos que acudieron a la construcción del Canal de Panamá. Una zona de la que también proceden el poeta Héctor Miguel Collado y el boxeador Roberto “Manos de hierro” Durán, cuatro veces campeón del mundo. El Chorillo quedó prácticamente destruido durante la invasión militar estadounidense de finales de 1989.

Una intervención que se saldó con más de 3.000 muertes, entre ellas la del fotógrafo vizcaino Juantxu Rodríguez a disparos de un soldado estadou- nidense mientras cubría la invasión junto a la periodista Maruja Torres, y que tenía la intención de capturar al general Manuel Antonio Noriega, antiguo colaborador de la CIA al que acusaban de estar vinculado con el narcotráfico.

Mientras todo esto ocurría, Rommel Fernández trataba de hacerse un equipo en el fútbol europeo mediante sus goles en el modesto Tenerife. Su irrupción en Primera era la consecuencia lógica de su precocidad, ya que con apenas cuatro años ya militaba en el Plaza Amador, para después jugar en el Atlético Panamá y el Alianza. Su vida cambió de forma rocambolesca el verano de 1986.

Sus apellidos, Fernández Gutiérrez, le valieron para ser incluido por el entrenador Orlando Muñoz en el equipo de la Sociedad Española que disputaría el Mundialito de la Emigración en las Islas Canarias. Se trataba de un torneo que reunía a equipos formados por hijos de inmigrantes salidos del Estado español a diferentes lugares mundo. La particularidad es que Rommel no era un oriundo y que Muñoz lo incluyo en su convocatoria a sabiendas.

El torneo se disputó en el estadio Guía de Isora, en una zona volcánica al sur de Tenerife y con unas condiciones similares a las de un campo de Tercera. Es un campeonato rodeado de cierta mística ya que no existen muchas imágenes y diversas fuentes discrepan en torno al número de encuentros disputados. Sin embargo, todas coinciden en que Rommel fue el segundo máximo goleador del campeonato y en que anotó cinco goles ante el combinado venezolano. Su rendimiento llamó la atención del entrenador Fernando Pérez, que recomendó su fichaje a Antonio Barrios, un antiguo jugador canario del Barcelona que, por aquel entonces, ejercía de vicepresidente deportivo del Tete. Enfrascado en el reto de devolver al conjunto chicharrero a Segunda, Barrios apenas pudo ver al futbolista, no siendo especialmente positiva su primera impresión. No obstante, el rendimiento del panameño le hizo cambiar de opinión y finalmente cerraron el trato en una pizzería de la isla. El acuerdo contemplaba que Rommel jugaría en el filial y entrenaría con el primer equipo.

El Tenerife, que había estado cerca de la desaparición, comenzaba una nueva etapa.