Aviones de guerra rusos llevaron a cabo ayer bombardeos en la provincia siria de Deraa (suroeste) por primera vez en cuatro días tras otro fracaso de las conversaciones entre los rebeldes y los enviados rusos. El opositor Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, con sede en Londres, indicó que los ataques aéreos fueron llevados a cabo contra la localidad de Saida.

Abu Shaima, representante del Ejército Libre Sirio (ELS), confirmó que las conversaciones «con el enemigo ruso» en Bosra al-Sham «han fracasado debido a su insistencia en la entrega de las armas pesadas».

Las demandas de Moscú provocaron que los rebeldes abandonaran la mesa de diálogo al considerarlas humillantes, si bien Jordania medió para que vuelvan a las conversaciones.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) elevó el pasado martes a 270.000 el número de desplazados a causa de la ofensiva, una cifra muy superior a los 160.000 de los que informó con anterioridad. Decenas de miles de personas se han concentrado en la frontera con Jordania, mientras que también varios miles han escapado hacia zonas cercanas a los Altos del Golán ocupados por Israel.

El enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, advirtió el 27 de junio de que, si se produce una batalla a gran escala en el suroeste, podría darse una situación que equivaldría a la vivida en Ghuta Oriental y Alepo «de forma combinada». «Estoy preocupado por los últimos acontecimientos, particularmente en el suroeste», dijo por videoconferencia al Consejo de Seguridad de la ONU.