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TOKIO

La UE y Japón abren sus mercados con la vista puesta en la Casa Blanca

Japón y la Unión Europea han sellado su acuerdo de libre comercio, un pacto que dará lugar a la mayor zona económica abierta del mundo y que ambas potencias presentan como un mensaje contra el proteccionismo del que hace gala Donald Trump. Los firmantes de este pacto se presentan como «países predecibles, responsables y que respetan la transparencia, las reglas y el sentido común», frente a «la creciente oscuridad en la política internacional».

Los Veintiocho y la tercera economía mundial firmaron ayer, en Tokio, el Acuerdo de Asociación Económica, que ya habían dejado ultimado en diciembre, en una ceremonia de alto valor simbólico y que fue aprovechada por sus respectivos líderes para defender la importancia de los mercados abiertos.

Tokio y Bruselas escenificaron su unidad en un momento de tensiones comerciales con Washington debido a las políticas proteccionistas aplicadas por Donald Trump, así como por las críticas que ha lanzado el presidente estadounidense contra dos de sus principales socios, tal como informó para la agencia Efe Antonio Hermosín.

Con este «ambicioso acuerdo», Japón y la UE «envían un poderoso mensaje para promover el comercio libre y basado en reglas, y en contra del proteccionismo», destacaron en una declaración conjunta el primer ministro nipón, Shinzo Abe, y los presidentes de la Comisión Europea y del Consejo Europeo, Jean-Claude Juncker y Donald Tusk respectivamente.

«Hoy en día Japón y la Unión Europea están más cerca que nunca económica y políticamente», afirmó Tusk durante una rueda de prensa en la que hubo varias alusiones indirectas a Trump después de que éste calificara a la UE de «enemigo» de EEUU en materia comercial.

Atascado desde 2016

La llegada a la Casa Blanca del magnate neoyorquino, unida al brexit, sirvieron de incentivo a Japón y la UE para sacar adelante un pacto comercial que se encontraba atascado hasta finales de 2016 después de tres años de arduas negociaciones en las que no lograban limar sus principales diferencias. «Nos hemos tomado tiempo para asegurarnos de que el acuerdo beneficia a ambas partes», dijo Juncker, quien añadió que Tokio y Bruselas «tenían el objetivo de reescribir juntos el libro del libre comercio, en lugar de destruirlo».

Para que el acuerdo entre en vigor, todavía es necesario que el pacto sea ratificado en la Eurocámara y en los parlamentos estatales, proceso que podría alargarse hasta 2019. También falta que Tokio y Bruselas se pongan de acuerdo sobre el mecanismo para solventar disputas entre Estados e inversores.

Además, la UE y Japón firmaron un Acuerdo de Asociación Estratégica legalmente vinculante, destinado a profundizar su cooperación en áreas como la seguridad o la educación.

Automóviles y productos agrícolas, los flecos más duros

La apertura del mercado nipón a productos agrícolas y ganaderos, así como los derivados alimentarios, procedentes de Europa y el levantamiento de los aranceles que la UE aplica a las importaciones automovilísticas japonesas eran los puntos más sensibles para ambas partes y los que han dificultado que el Acuerdo de Asociación Económica llegara a buen puerto.

En particular, la Unión Europea abolirá la tarifa del 10% que venía aplicando hasta ahora sobre los vehículos nipones durante un plazo de ocho años, mientras que Japón levantará sus aranceles sobre el vino y recortará o eliminará los que aplica a otros productos como el queso, la carne porcina o la peletería.

Los intercambios comerciales bilaterales suponen actualmente unos 86.000 millones de euros al año y generan 600.000 empleos en los Veintiocho, según datos difundidos por la Comisión Europea, que calcula que estas cifras se incrementarán en un 24% cuando se liberalice el mercado japonés. GARA