Grupos mediáticos de Gran Bretaña han expresado su inquietud en torno a los cambios que se producirán con la plena implantación del Brexit y han solicitado al equipo liderado por Theresa May que les aclare las dudas concernientes a cómo les afectará.

Una de estas dudas se refiere a la situación que podrían padecer cuando, una vez se ejecute el Brexit, los operadores de canales no puedan ser reconocidos fuera de la región. En la actualidad, la Unión Europea tiene acceso a más de seiscientos canales británicos lo que generaría un problema mayúsculo para todos ellos si no pueden ser accesibles más allá de sus fronteras.

El portal digital Variety señala, en relación a ello, que el libro blanco del Brexit publicado por el Gobierno británico el pasado 12 de julio, hace referencia en uno de sus apartados a que los medios audiovisuales británicos suponen un gran valor «económico y cultural para Gran Bretaña y la Unión Europea. El centro creativo de Gran Bretaña contribuye significativamente al desarrollo de productos que son muy solicitados por los consumidores europeos». Variety también añade que el gobierno de May está diseñando una hoja de ruta que deberá ser seguida por las emisoras durante el Brexit, y de esta forma, minimizar el impacto que sufrirán.

La actual primera ministra afirmó a principios de año que intentaría sellar un acuerdo con la Unión Europea para que los medios británicos pudieran seguir ligados a la directiva europea sobre Servicios de Medios Audiovisuales. A pesar de ello y a tenor de lo que informa la Asociación de Difusores Comerciales de Gran Bretaña «los organismos de radiodifusión no lo tienen nada claro y deberán afrontar sus reestructuraciones a regañadientes en los próximos meses. Algunas compañías lo harán posiblemente dentro de unas semanas».

Visto el panorama de incertidumbre, varias empresas han optado por cambiar la sede de algunas de sus canales europeos, como por ejemplo Vice o Viacom, y otras estudian hacerlo en cuanto se implante definitivamente el Brexit.