Mikel INSAUSTI
Crítico cinematográfico

Saberse retirar

La actitud de Robert Redford siempre ha sido ejemplar en su profesión, porque pese a que la prensa generalista le quisiera etiquetar como un galán, ha sabido demostrar que era mucho más que un simple rostro bello que admirar. La labor que ha desarrollado como impulsor del cine independiente, fundando y respaldando el festival de Sundance, no tiene precio. Como tampoco lo tiene su interés por la dirección cinematográfica, que cultivó siempre que pudo con mimo y mucho gusto, obteniendo un Óscar por “Gente corriente” (1980).

Sé que hay muchos actores y actrices que siguen trabajando hasta el último momento porque lo necesitan para subsistir, pero también están quienes pudiendo vivir de rentas prefieren mantenerse bajo los focos. Es difícil para ellos dejar de ser el centro de atención cuando siempre lo han sido y se han acostumbrado a ello. No es el caso de Robert Redford, que ha preferido retirarse a tiempo, justo al convertirse en octogenario.

Tiene bien ganado un descanso, por lo que no puede resultar más comprensible el anuncio de su definitiva retirada con motivo de la presentación de su último papel estelar en “The Old Man & The Gun”, un título bien significativo en el que vuelve a su eterna caracterización de ladrón de bancos, que lució más joven en los clásicos “Dos hombres y un destino” (1969) y “El golpe” (1973). El hombre se lo merece.