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Turquía vuelve a negar la liberación del pastor estadounidense

Turquía mantuvo ayer el arresto domiciliario del pastor estadounidense Andrew Brunson, pese a nuevas amenazas de sanciones de Estados Unidos, que debilitan más la lira turca, y a las que Ankara prometió replicar. Un tribunal de Esmirna rechazó una nueva demanda para levantar el arresto domiciliario al origen de la grave crisis diplomática entre Ankara y Washington, dos aliados en la OTAN desde hace medio siglo.

Pero su relación ya se había deteriorado por el apoyo de EEUU a fuerzas kurdas en la guerra siria; por no haber extraditado al clérigo Fethullah Gulen, al que Turquía señala como cerebro del fallido golpe de 2016; y por la compra por parte de Ankara a Moscú de misiles antiaéreos S400.

El caso del pastor Brunson, puesto bajo arresto domiciliario el mes pasado tras haber permanecido más de un año y medio en prisión acusado por Ankara de espionaje y de actividades «terroristas», que él niega con firmeza, acabó por desatar la tormenta diplomática entre los dos países.

El presidente de EEUU, Donald Trump, volvió a defender el jueves a Brunson, al que calificó de «hombre muy inocente», y consideró que Turquía no era una buen «amigo» de Estados Unidos.

«Turquía se ha beneficiado de EEUU durante muchos años. Ellos tienen a nuestro maravilloso pastor cristiano, a quien pido ahora representar a nuestro país como un gran rehén patriota. No vamos a pagar nada por la liberación de un hombre inocente», afirmó.

«Aún no hemos visto lo último, pero no vamos a esperar sentados. No pueden coger a nuestra gente. Veremos qué pasa», añadió ayer.