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Berlín

Putin, polémica boda en Austria y cumbre con Merkel en Berlín

El presidente ruso, Vladimir Putin, llegó ayer a Berlín para asistir a una cumbre bilateral con Angela Merkel. Llegaba desde Austria, país mediador en el conflicto entre Moscú y Kiev, tras haber sido invitado a la polémica boda de su ministra de Exteriores. Merkel y Putin abordaron la situación de Ucrania, la guerra de Siria y la construcción del oleoducto Nord Stream 2 que conduciría directamente el gas de Rusia a Alemania, al que se opone radicalmente Trump.

Tras haber asistido a la boda de la ministra de Exteriores de Austria, Karin Kneissl, en una visita que ha levantado polémica, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, llegó ayer a Berlín para asistir a una cumbre bilateral con la canciller alemana, Angela Merkel. Se trata de la primera desde que Rusia se anexionó Crimea y viene marcada por la ofensiva de EEUU con sanciones a Moscú y el aumento de los aranceles al aluminio alemán.

La invitación de la jefa de la diplomacia austríaca –figura independiente propuesta y apoyada por el ultraderechista Partido Liberal (FPÖ)– al presidente ruso despertó críticas dentro y fuera de Austria, país que preside la Unión Europea y que, en base a su neutralidad constitucional, intenta mediar en el conflicto con Ucrania. A pesar de que el Gobierno de Austria insistió en que fue una «visita personal» a una «celebración privada», sus críticos denunciaron el hecho de que comprometía el papel de «mediador» del país.

Oleoducto Nord Stream 2

Poco después de la boda, Putin ponía rumbo a Berlín donde le esperaba la canciller Angela Merkel. Esta cumbre bilateral llega cuatro meses después de que ambos líderes se reuniesen en la ciudad rusa de Sochi para tratar básicamente tres temas: la crisis entre Moscú y Kiev, la guerra de Siria y la construcción del oleoducto Nord Stream 2 que conducirá el gas natural de Rusia directamente a Alemania.

Las posiciones no parecen que vayan a cambiar en relación al estatus de Crimea o el futuro de Bashar al-Assad, pero lo que pueda ocurrir con el Nord Stream 2 es una incógnita. Ante un Trump que denuncia que Alemania está «totalmente controlada por Rusia» y exige a esta que «compre a EEUU su gas natural licuado», y líderes de la UE haciendo campaña por la paralización del proyecto, con tantos y tan poderosos enemigos, está por ver si la canciller alemana es capaz de eludir toda esa presión.

Merkel, por contra, repite que Nord Stream 2 es «estratégico» y un «esfuerzo político». Y muy en su estilo, exige a Moscú un compromiso: que parte de su gas siga fluyendo a través de los oleoductos de Ucrania.