Joseba VIVANCO
Athletic

Dime cómo defiendes

Los desajustes lógicos en la presión alta que propone Berizzo como primera línea de defensa, una espada de Damocles para la zaga.

«Cualquier modelo, cualquiera, parte de dar respuesta a esta pregunta: ¿Cómo defendemos para poder atacar como queremos?» Álex Couto-Lago

Raúl García, un tipo que no da cuartel ni en sala de prensa, cortitas y al pie son sus respuestas, sí que ayer, en Lezama, reconoció que «nos gusta apretar, jugar en campo contrario, y cuanto antes perfeccionemos eso las cosas irán saliendo mejor». Está claro, y a los dos primeros partidos ligueros nos remitimos, que el diseño sobre el césped que el técnico Eduardo Berizzo quiere para este Athletic acarrea riesgos en defensa que se percibieron ante el Leganés y Huesca, y que si miramos al horizonte y tenemos en mente la visita del Madrid, esas lagunas en la presión alta o que el rival sepa sortearla pueden ser demoledoras para los intereses bilbainos.

Si frente a los pepineros Unai López en ese trivote de la medular le dio vida al equipo junto a Muniain durante por lo menos quince o veinte minutos, la inclusión de Raúl García ante los oscenses hizo al grupo perder enteros en ese juego más veloz, vertical y entre líneas que quiere el entrenador. Con el primero el Athletic asume, es evidente, más riesgos defensivos aunque gane en ataque, en tanto con el segundo sucede al revés. ¿Por qué opción apostará ante los de Julen Lopetegui? ¿Y ante rivales de primera línea que seguirán a los merengues? ¿Seguirá siendo tan atrevido Berizzo? Parece que la respuesta estará en la rapidez con la que sus hombres ajusten precisamente esa obligación de apretar alto y con efectividad en campo rival y no permitir peligrosas contras frente a las que Dani García es el único bastión.

El de Zumarraga se tuvo que multiplicar el lunes y cumplió con creces como apagafuegos, pero a veces camina sobre el alambre. Cerca de él está Muniain, llamado a liderar el juego del equipo, escorado a la izquierda pero bajando continuamente para recibir orientado e iniciar jugada con varias opciones, ya sea progresar o pasar a derecha o izquierda; además, tiene clara la orbligación de pisar área, marcando ante el ‘Lega’ y llegando también al remate en el gol de Yuri. Iniciar jugada y terminar con llegada.

La tercera pata se la disputan Unai y Raúl. El porcentaje de pases acertados del Athletic fue ante el Huesca del 83%, cuando el de Raúl García se quedó en un 70%; el navarro firmó 58 pases, mientras que Unai López, ante el Leganés, dio 75 y su acierto fue del 94,7%. Y al contrario, Raúl intervino con éxito en casi una decena de acciones defensivas (intercepciones, tackles...), en tanto su compañero solo en una. Con el excolchonero, el Athletic ganó, además, el 57% de los duelos aéreos; sin él, en el debut liguero, el 48%. Opciones distintas, pero parecidos riesgos si la intensidad arriba falla.

Porque lo que es innegociable es esa presión alta y agresiva. El curso pasado el Athletic fue el segundo equipo, tras el Eibar, con mayor porcentaje de robos en la línea de 3/4 de campo contrario. Es decir, no es algo ajeno a los jugadores, que tienen interiorizado ese cometido. El problema es que si hay grietas, desajustes, y con Muniain y Unai o Raúl sobrepasados, Dani García es el único cortafuegos, y no como antes que San José, Beñat o Itu hacían esas coberturas.

El Athletic necesitará tiempo para que la propuesta de Berizzo de «apretar y jugar en campo contrario» que decía Raúl, sin desnudarse en defensa, dé los réditos deseados. Su mejor defensa y ataque, la acertada presión alta. Siempre que salga.

«La posición da igual, yo quiero estar en el once»

«El otro día estaba entre los once y no estoy en situación de quejarme ni de decir si estoy cómodo o no. He jugado en todas las posiciones menos de portero e intento adaptarme a lo que me piden, al margen de que sea mejor o no para mí». Así de tajante respondió ayer Raúl García en Lezama cuando se le cuestionó por esa posición en el centro del campo que le asignó el lunes Berizzo, lejos del área como estaba acostumbrando y que el curso pasado supuso que fuera el máximo goleador. Menos área, más terreno por cubrir. «Si el mister me pida una cosa, intentraré hacerlo, lo importante es estar dentro del once», reiteró su filosofía. «Es irrelevante cómo esté en esa posición, se trata de adaptarme a lo que me piden. Siempre lo he hecho», prosiguió con su mensaje, dejando claro que «no me obsesionan los retos personales, lo que quiero es jugar lo máximo posible y ser un jugador importante». Por otro lado, el navarro defendió al equipo ante reveses como el del Huesca, porque «somos los primeros que lo sufrimos, es nuestro trabajo, y no nos gusta empatar ganando 2-0». Lo tiene claro: «Tenemos que aprender que cuando pasa eso –ir por delante– debemos seguir en la misma línea porque fue un error protegerse. La idea es hacer noventa minutos igual, suceda lo que suceda».J.V.