EDITORIALA
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Un debate necesario que prende por un mal costado

El de la prostitución es un debate clásico dentro del feminismo, uno de esos debates en los que los argumentos están muy fundamentados, los discursos bien fijados y, pese a la riqueza de la dialéctica, las trincheras son casi inamovibles. Ni siquiera los cambios que se han dado dentro del fenómeno de la prostitución durante este periodo alteran las líneas generales del debate. Más allá de picos de belicosidad, demagogias varias y proclamaciones de expulsiones de un movimiento sobre el que nadie tiene esa potestad –trifulcas cuya dimensión se ha visto acrecentada por las redes sociales–, este debate es muy potente, afecta a principios profundos, a derechos en conflicto y a visiones diferentes sobre el sexismo, el patriarcado y sus alternativas. Es decir, expone claramente diferentes concepciones políticas y morales del feminismo. Aunque a menudo se considera una debilidad, esa es una de las grandes virtudes de este movimiento: su pluralidad.

Periódicamente algún hecho de la actualidad política revive el debate y lo abre a la opinión pública. Ahora ha sido el intento de un grupo de trabajadoras del sexo de sindicarse para poder defender mejor sus derechos y la reacción del Gobierno de Pedro Sánchez diciendo que intentará que ese colectivo no se legalice. No deja de ser paradójico, y profundamente hipócrita, que en un territorio plagado de puticlubs, con un serio problema de trata de personas, de desprotección de las mujeres más desfavorecidas y en el que, sobre todo, no se ataja la tragedia de la violencia contra las mujeres, el debate surja en torno a un grupo de trabajadoras que quieren hacer valer sus derechos y mejorar sus condiciones de vida a través de la lucha sindical. Sin ir más lejos, la patronal de ese sector ya existe y es legal. El clasismo es otra cara del patriarcado, sin duda.

En todo caso, siempre es positivo que el debate prenda. Y que se evite el estigma, se dé voz a esas trabajadoras, se conozca su realidad y se pueda discutir al respecto.