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El frágil alto el fuego en Trípoli no augura una salida duradera a la crisis libia

El anuncio de la ONU del frágil alto el fuego alcanzado por las milicias que combates en los alrededores de Trípoli no resuelve las diferencias entre los grupos armados en ausencia de una solución duradera al caos en Libia, donde, según analistas, la comunidad internacional navega sin rumbo.

La tregua pone fin a los cruentos combates que desde hace diez días han costado la vida de 63 personas y han sumido a la ciudad en un drama humanitario, con más de 1.800 familias desplazadas. A pesar de los intercambios esporádicos de disparos en la noche del martes el alto el fuego parecía estar siendo ampliamente respetado.

Pero los analistas señalaron que es muy precaria y la misión de la ONU, que dijo haber reunido el martes a todos los beligerantes, admitió la naturaleza minimalista de su enfoque al señalar que el pacto busca «acabar con las hostilidades, proteger a los civiles, salvaguardar la propiedad pública y privada y reabrir el aeropuerto de Meitiga». La reunión no pretendía «arreglar todos los problemas de seguridad de Trípoli, sino acordar un marco más amplio sobre la manera de comenzar a abordar esos problemas», agregó, ya que ni siquiera está claro cómo llegará a implementarse.

Expertos constatan su fragilidad y el riesgo real de una nueva escalada, pero señalan que los combates «han abierto una ventana a la oportunidad de negociar acuerdos de seguridad más duraderos en Trípoli».

Los combates, los más graves en la capital desde 2014, evidenciaron la debilidad del Gobierno de unidad sostenido por la ONU en Trípoli y su incapacidad para controlar las decenas de milicias que se reparten la ciudad.