Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «Predator»

Entre la película que pudo ser y la que finalmente es

Cómo una simple nueva entrega de una vieja franquicia puede llegar a convertirse en una de las películas más polémicas de la historia del cine? Supongo que en todo esto tiene mucho que ver la irrupción de las redes sociales, que magnifican cualquier nimiedad hasta hacer perder la cordura a las partes enfrentadas. Los fanáticos de la saga iniciada con Arnold Schwarzenegger como rostro humano de la misma han masacrado sin piedad “Predator” (2018), mientras en el grupo cinéfilo de quienes admiramos el talento de Shane Black por encima de todo somos más propicios a defender su particular lucha contra los grandes estudios de Hollywood, y esta vez la Fox se la ha jugado bien jugada. No sé si alguna vez se editará el montaje del director, pero el que se ha presentado comercialmente no tiene nada que ver con la idea de partida, incluso dentro de la propia película, con un primer y segundo actos traicionados por un tercero fuera de lugar. Dicha imposición salta a la vista, a sabiendas de que existe material sobrante con el que se podría completar otro largometraje muy diferente, puesto que incluso en los primeros avances y trailers se muestran secuencias que luego no aparecen por ningún lado.

A qué viene tanto descarte, si cualquier espectador puede ver que lo que falla estrepitosamente es el tramo final, que no guarda ninguna coherencia narrativa y estilística con el resto. No se trata de eliminar el desenlace rodado a plena luz del día y sustituirlo por tomas nocturnas, supuestamente de efecto más terrorífico, ya que se cambian también los efectos especiales. No tiene sentido que se apueste por la acción física y el rodaje con especialistas enfundados en los trajes de depredadores, para que en última instancia se inserten unos lamentables y baratos diseños infográficos decididos por el ejecutivo de turno tras los primeros test con público. La película acabada no es la que fue planteada.