Dabid LAZKANOITURBURU

La UE no se pone de acuerdo ni en cómo blindar aún más sus fronteras

Los Veintiocho son incapaces de alcanzar acuerdo alguno sobre la cuestión migratoria. Descartado el principio de solidaridad y reparto de cuotas de refugiados, y en el marco del consenso para seguir blindando sus fronteras, la propuesta de Bruselas de reforzar el Frontex ha recibido un sonoro portazo liderado por los gobiernos xenófobos del centro-este. En lo que todos están de acuerdo es en pagar al régimen militar egipcio para que haga de gendarme.

La cumbre informal de la UE en Salzburgo, Austria, ha dejado en evidencia las abismales diferencias a la hora de afrontar la cuestión de la migración.

El objetivo del presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, en esta cumbre era encauzar las conversaciones sobre migración ante las «tensiones» internas. No obstante, el encuentro ha dejado patente que la UE mantienen sus discrepancias no solo ya para consensuar un modelo para distribuir por los distintos países a aquellos migrantes que ya están en el bloque comunitario sino incluso sobre cómo blindar las fronteras de la UE para evitar o frenar en lo posible nuevas llegadas.

Y es que los Veintiocho están divididos sobre la propuesta de la Comisión Europea para dotar al cuerpo de fronteras europeo (Frontex) con 10.000 efectivos policiales de aquí a 2020 para ayudar a los gobiernos a controla con más eficacia la frontera exterior de la UE.

El promotor de la propuesta y presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, lamentó la falta de avances «significativos» en la cumbre, pero se mostró «optimista» de cara a un acuerdo sobre el refuerzo del cuerpo europeo de fronteras a finales de año.

Dos son los bloques de países que, por diferentes razones, rechazan el refuerzo de la antigua Frontex. El primero, capitaneado por la Hungría de Viktor Orban y secundado, entre otros, por Eslovaquia y la República Checa, rechaza que un organismo comunitario vigile las fronteras de cada país y lo considera una injerencia en las respectivas soberanías nacionales. El primer ministro panmagiar aseguró que la mayoría de socios de la UE rechazan la propuesta de Juncker y anunció que ha presentado una contrapropuesta «de tal manera que la defensa quede en manos de los países».

Con todo, y tal y como apuntó el anfitrión y canciller austriaco, Sebastian Kurz, hay un segundo bloque, formado por Italia, España y Grecia que no prioriza la cuestión nacional sino que teme que «un fortalecimiento de Frontex pueda conducir a más registros (de entrada), y el desplazamiento posterior de los inmigrantes (hacia otros países europeos) sería más difícil».

El Gobierno español de Pedro Sánchez aseguró que respalda la ampliación del Frontex pero como un mecanismo «flexible y complementario» que debe adaptarse a las necesidades de cada socio comunitario.

Luxemburgo, el punto y las íes

No acaban ahí las disonancias. Ante la negativa de un buen número de países miembros a recibir sus asignadas cuotas de refugiados, Bruselas baraja la posibilidad de que los estados que no quieran recibir inmigrantes paguen una compensación económica.

El primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel, tuvo que poner el punto sobre las íes y afirmó en el transcurso de la cumbre sentirse asqueado ante esa posibilidad. «Me dan asco tales discusiones. Hablamos de seres humanos, no de alfombras, bienes o mercancías», tuvo que recordar. Su ministro de Exteriores, Jean Asselborn, tuvo la semana pasada un rifirrafe con el ministro de Exteriores italiano y líder de la Liga, Matteo Salvini, quien llamó «esclavos» a los inmigrantes africanos. Asselborn le replicó recordándole la vasta diáspora de migrantes italianos por todo el mundo.

Finalmente, y tras quedar patente el coro de desavenencias en el que se ha convertido la UE, la cumbre informal de Salzburgo anunció un compromiso por parte de los Veintiocho para llevar a cabo negociaciones con Egipto y otros países del norte de África para frenar las salidas clandestinas de refugiados e inmigrantes. Las negociaciones irían en la estela de los acuerdos alcanzados con el Gobierno turco y con las milicias libias y que han provocado el desplome del flujo de refugiados a través del Mediterráneo.

Ningún país miembro puso en duda la idoneidad de negociar con el régimen militar egipcio. Y menos el anfitrión austriaco, a quien no le duelen prendas por gobernar en coalición con la extrema derecha.

... mientras los tories preparan ya su quiniela de sucesión

Los diputados conservadores británicos asumen que Theresa May será expulsada del liderazgo tory después del Brexit y sopesan candidatos para sucederla, revela un documento publicado ayer por “The Daily Telegraph”.

El documento parte de la premisa de que el grupo parlamentario conservador –el comité 1922– «invitará a la primera ministra a dimitir poco después de marzo de 2019», y concluye: «Maniobren inmediatamente».

A continuación hay una relación-evaluación de 27 posibles candidatos. El exministro de Exteriores Boris Johnson, abanderado de un Brexit duro, es el «preferido», pero «los favoritos nunca ganan».

El antiguo titular para la salida de la UE David Davis, que dimitió con Johnson en julio, «pretende que no le interesa el cargo pero lo está», si bien «no tendrá éxito» porque «es demasiado tarde».GARA

La primera ministra británica May presentará otra propuesta sobre la frontera interna de Irlanda...

La primera ministra británica, Theresa May, anunció que presentará «en breve» una nueva propuesta a Bruselas que evite la vuelta a una «frontera dura» entre el norte de Irlanda y el resto de la isla tras el Brexit, sea cual sea el resultado de las negociaciones.

«Estamos de acuerdo en que no puede haber acuerdo de salida sin un 'plan de emergencia' para Irlanda pero ese plan no puede dividir a Reino Unido en dos territorios aduaneros distintos», explicó May en referencia al alineamiento del norte de Irlanda con la República de Irlanda y el bloque comunitario.

May reaccionó así al incremento de la presión de la UE, que insistió en fijar octubre como plazo límite para cerrar un acuerdo sobre el Brexit y cumplir con el calendario previsto para la salida de Gran Bretaña.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, señaló que aunque hay elementos «positivos» en la anterior propuesta de May, para la futura relación (Chequers), «el marco propuesto para la cooperación económica no funcionaría porque amenaza con socavar el mercado común». Agregó que no habrá pacto de retirada sin una solución «sólida, operativa y legalmente vinculante» para Irlanda.

«Veréis en qué consiste nuestra (nueva) propuesta cuando la presentemos», aseguró la primera ministra conservadora al ser preguntada por sus detalles. El problema es que el tiempo se le va de las manos.GARA