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El PDK de Barzani recupera su rol hegemónico en Kurdistán y pide más peso en la política federal iraquí

Un año después del fracasado referéndum de independencia promovido por el Partido Democrático de Kurdistán (PDK), su líder Massud Barzani, ha recuperado su papel hegemónico. A pesar de que el PDK no pudo evitar que la Presidencia de Irak fuera a manos de Barham Saleh, candidato de su rival Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), ha salido beneficiado de cara al reparto de carteras del Gobierno federal, que se formará en noviembre.

El domingo, los resultados definitivos de la región autónoma de Kurdistán le dieron 45 de los 111 escaños en el Parlamento kurdo, con lo que cuenta con una posición de fuerza para reclamar cargos federales en Bagdad. «Barzani solicitará ministerios como Asuntos Exteriores, Finanzas, o el puesto de viceprimer ministro», predice Adel Bakawan, investigador de la Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales de París. «Perdió la apuesta del referéndum, pero las elecciones legislativas de mayo fueron un maravilloso momento de gracia: fue cortejado por estadounidenses e iraníes», dos poderes influyentes en Irak, añade. Y, ahora podrá liquidar sus cuentas con la UPK, cuyos combatientes se retiraron cuando Bagdad actuó en represalia por el referéndum de independencia y tomó el control de las áreas disputadas.

Barzani lo consideró una alta traición. Con 21 diputados, la UPK ganó solo tres más en las elecciones, mientras el partido de Goran, que hasta ahora era la única alternativa al bipartidismo, ha conservado solo 12 de los 24 que tenía.