Al menos 15 civiles murieron ayer en un ataque de la coalición que lidera Estados Unidos contra la zona que controla el Estado Islámico (ISIS) en la provincia siria de Deir Ezzor, La agencia oficial siria SANA señaló que las víctimas fueron consecuencia de «la agresión de los aviones de la coalición internacional contra la ciudad de Hadjin». «Durante las últimas horas, y bajo el pretexto de atacar a Estado Islámico, han bombardeado a decenas de civiles, en su mayoría mujeres y niños», indicó la agencia.

Por su parte, el el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, confirmó que al menos 14 civiles, entre ellos cinco menores, murieron ayer en este ataque contra los pueblos de Hayin, Al Susa y Al Shafa, ubicados al este del río Éufrates.

El Observatorio no descartaba que el número de muertos pudiera aumentar debido a que algunos de los heridos se encontraba en estado grave.

El OSDH señaló que en la noche del viernes comenzó una ofensiva contra el ISIS con bombardeos de artillería en la zona y al menos nueve combatientes de ese grupo yihadista perdieron la vida en otra zona de esa provincia limítrofe con Irak.

Según el Observatorio desde el 10 de setiembre pasado al menos 82 civiles han muerto en bombardeos de la coalición internacional en apoyo a las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), alianza de milicias integrada sobre todo por combatientes kurdos, en esa zona. El Gobierno sirio lleva semanas pidiendo a la ONU que investigue la campaña internacional de bombardeos sobre esta ciudad. Además, el Ministerio de Exteriores exige una investigación internacional sobre el presunto uso de fósforo blanco en dos ataques de la coalición contra esta ciudad siria.

La operación militar se produce después de que esta semana las FSD anunciaran la suspensión temporal de su ofensiva contra el ISIS en el este de Siria tras los ataques de Turquía en el norte del país. EEUU asegura que estaba mediando entre Turquía y las FSD para rebajar «la tensión» en la zona, donde sus fuerzas han empezado a patrullar junto a las turcas.

Las FSD controlan amplios territorios del noreste de Siria, tras haber expulsado de ellos al ISIS, pero la semana pasada sufrieron un duro golpe que acabó con decenas de sus combatientes en una serie de ataques en Deir Ezzor, donde los yihadistas recuperaron terreno junto a la frontera iraquí.