GARA
BERLÍN

Macron apela a la unidad europea y al eje franco-alemán frente al caos

El presidente francés, Emmanuel Macron, apeló ayer en un discurso ante Bundestag a seis meses de las elecciones europeas a la unidad de Europa para enfrentar los desafíos globales y subrayó la responsabilidad franco-alemana para dotar a la Unión Europea de mayor soberanía y evitar que «el mundo descienda hacia el caos». París y Berlín volvieron a escenificar su sintonía y su disposición a relanzar el proyecto europeo.

La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, volvieron a mostar ayer en Berlín un frente unido para relanzar el proyecto europeo, pese a sus desacuerdos. Merkel expresó su convencimiento de que hay que seguir trabajando en el plan presentado por París y Berlín en junio pasado en Meseberg, mientras Macron apelaba a la «responsabilidad franco-alemana para preparar el futuro y refundar Europa» para hacerla más soberana y unida.

A seis meses de las elecciones europeas, en pleno proceso de Brexit y con una Unión Europea (UE) en crisis debido al auge de las opciones xenófobas y de extrema derecha en el continente, en un discurso en el Bundestag con motivo del Volkstrauertag (día del recuerdo), ambos líderes ya multiplicaron hace una semana sus gestos de complicidad y unidad en las celebraciones en París por el centenario del fin de la Primera Guerra Mundial.

Señaló que existen muchas potencias que quieren frenar a Europa y pretenden enfrentar a sus miembros. En este orden mundial, que hay que tomarse muy en serio, «nuestra verdadera fuerza reside en la unidad», dijo Macron, quien reconoció que ciertamente «Europa no fue siempre y en todo un ejemplo».

Para Macron, los socios del bloque deben encontrar el «coraje» de «abrir un nuevo capítulo en la historia de Europa, superando hábitos y rompiendo tabúes». En ese sentido, recordó que la UE no fue concebida para desafíos como la inseguridad, el cambio climático, la digitalización, la revolución de la inteligencia artificial, la transformación agrícola o la migración.

Criticó que la política de fronteras, la defensa común, el mundo digital y la independencia monetaria son ámbitos descuidados por las leyes europeas y afirmó que la UE los aborda «con el temor de principiante».

Es aquí, «en el establecimiento de una soberanía moderna, eficiente y democrática», donde «esta nueva responsabilidad franco-alemana», que debe dotar a Europa de los instrumentos necesarios, entra en juego.

«Europa, y en su centro la alianza germano-francesa, tiene la obligación y la tarea de no dejar que el mundo se vea abocado al caos y de conducirlo hacia una senda pacífica», afirmó.

Para ello, reiteró, «Europa debe conquistar una mayor soberanía» y no darse por satisfecha con un papel subordinado en la política mundial.

Macron subrayó que «desde Europa llegan nuevos enfoques en el multilateralismo en lo que respecta al comercio, a la política de seguridad, a la política migratoria y a la política medioambiental».

Según Macron, Europa muestra hoy otra cara y de lo que es capaz de lograr la humanidad «si la esperanza es más fuerte que el destino» y «la amistad de los pueblos, más fuerte que el delirio belicista».

Algunos Desacuerdos

París y Berlín ya acordaron el viernes el esquema de un presupuesto para la zona euro, un proyecto clave de Macron para apoyar las inversiones, aunque no lograron consensuar la cifra, que sigue sin concretarse a pesar de que presidente francés originalmente esperaba cientos de miles de millones de euros.

Un ejemplo, entre muchos otros, de los numerosos desacuerdos y frustraciones entre ambos estados desde hace más de un año. Francia no se siente apoyada en su intención de relanzar el proyecto europeo en crisis por una canciller que está ya al final de su ciclo político.

Los estados francés y alemán tampoco se ponen de acuerdo sobre los impuestos a los gigantes estadounidenses del sector de Internet, los conocidos como «Gafa» (Google, Amazon, Facebook, Apple), otro proyecto insignia de Macron que París querría concretar a nivel europeo en diciembre. Pero Merkel teme una reacción de EEUU contra las empresas alemanas y quiere posponer el tema hasta 2021.