Los doce parlamentarios conseguidos por el partido de extrema derecha Vox en las elecciones autonómicas andaluzas han sacudido con fuerza el panorama político. Las primeras reacciones han sido de sorpresa y confusión, pero la sensación de extravío y de no saber qué hacer que han dado en general las fuerzas de izquierda deja una preocupante sensación. Esos resultados encajan en una tendencia global que se refleja en un giro hacia gobiernos autoritarios y revueltas ciudadanas poco articuladas como la de los «chalecos amarillos» en el Estado francés.

Todo ello no es más que la manifestación de la profunda crisis de los principales cimientos de un Estado de Bienestar a punto de desaparecer, pero al que retóricamente todo el mundo se abraza. La redistribución de una riqueza creciente justificaba la creencia en un futuro mejor y era el soporte de ese modelo. Pero cuando el crecimiento económico se ha truncado y los escasos beneficios del mismo los acumulan la banca y las grandes empresas tecnológicas, la vida de la gente corriente se ha vuelto mucho más difícil. Y lo que es peor, la convicción de caminar hacia un futuro mejor ha desaparecido, dando paso a un malestar en continua expansión. El obsceno exhibicionismo con el que las decisiones fundamentales se toman en Bruselas, Berlín o Washington han vaciado de contenido a las instituciones elegidas democráticamente sumiendo también a la política en una grave crisis. El proyecto del Estado de Bienestar hace aguas por todas partes y el principal gestor del mismo, la socialdemocracia, sufre especialmente las consecuencias del desgaste. Más específico del Estado español es el carácter central que han dado todos los partidos políticos a la unidad territorial frente a la democracia encarnada por el derecho a decidir. Y este marco discursivo ha puesto a aquellos que reivindican la «reconquista» en el centro del tablero político.

Es tiempo de repensar la democracia y el Estado de Bienestar, y es urgente construir alianzas que haga frente al programa injusto y autoritario de la extrema derecha.