Joseba VIVANCO
Athletic

A nadie le amarga un dulce

Los rojiblancos dejan entrever la mano de Gaizka Garitano en un partido con el marcador a favor, en el quelos leones tiraron de eficacia ante la meta rival y cumplieron, con algunas lagunas, en solidez defensiva.

HUESCA 0

ATHLETIC 4

 

Hace apenas una semana Iñaki Williams le hizo un traje al ausente lateral serbio Brezancic en el partido de ida en San Mamés, además del 4-0 que le endosó aquel Athletic a un flojo Huesca; ayer, Iñigo Córdoba se salió en la primera mitad ante el jovencísimo lateral oscense Almerge, de solo 17 años, debutante, además de que el Athletic acabaría propinándole otro 0-4 a los aragoneses. O lo que es lo mismo, las cosas en su justo término, porque la prueba del algodón de este Athletic de Gaizka Garitano será el lunes, ante un hueso duro de roer como el Girona. Partido plácido en El Alcoraz para los leones, arropados, juntitos, con el claro objetivo de no encajar y no ser tan vulnerables en defensa. Esa es la senda marcada por el nuevo técnico. Los rojiblancos están en octavos de la Copa, que era lo previsible, ganar siempre está bien, efectividad máxima como hace una semana en la ida, pero, igualmente, sin echar las campanas al vuelo.

Todo en su justa medida. Si algo hemos aprendido tras este decepcionante arranque liguero es que una cosa es lo que el corazón quiere, y otra la cruda realidad. Y con el Athletic ahora mismo hay que ver para creer. El beti zurekin está bien del perímetro del césped hacia fuera, pero de la cal hacia dentro son los jugadores lo que tienen todo por demostrar, más allá incluso que el nuevo entrenador. El 4-0 de la ida fue un bonito espejismo, y este 0-4 de la vuelta debería ser tomado con igual precaución con la que podamos glosar la actuación de Córdoba ante un juvenil debutante, los dos goles de Aduriz o los, otros tantos, de Williams. Viene bien, por la victoria en sí, por no haber encajado, por aquello de que para los de arriba siempre es bueno marcar, pero en su justa medida.

Gaizka Garitano calcó las convocatorias de su antecesor, pero se desmarcó del esquema sobre el césped. Apostó por un nítido 4-4-2, con Aduriz y Raúl García como hombres adelantados, defensa en zona y nada de persecución al hombre. Equipo más juntito, sólido, ordenado. Primeros minutos competidos, sin claridad en ataque por parte de nadie, con Yuri y Córdoba percutiendo de manera continuada por su banda y tirando paredes como si del patio del colegio se tratara, dominio visible de los bilbainos pero sin llegadas claras ni remates, y de nuevo esos últimos pases que no encuentran rematador. Ni últimos pases, ni córners y faltas al área en las que aun teniendo allí a Aduriz, Raúl o Iñigo en el meollo, el equipo no saca provecho del balón parado. Así que tuvo que ser en un centro largo del central de Ondarroa el que dejó solo al del Antiguoko, que con una vaselina anotó el 0-1. Primer tiro entre los tres palos, gol.

Con la eliminatoria más que encarrilada, el segundo llegó casi sin querer al poco de la segunda mitad. Gol tonto en el que Aduriz empujaba el balón a la red pensando que estaba en fuera de juego. Segundo remate, gol. Y haciendo gala de esas ausencias repentinas que el Athletic venía repitiendo, dejó durante varios minutos que el Huesca se fuera arriba, pusiera en apuros a Unai Simón y permitiera un balón a la madera y un cuestionado penalti de Iñigo –tercero suyo este curso–, que el Huesca desaprovechó. No lo hizo Williams, gracias a la generosidad de Raúl García y luego a la amabilidad de Etxeita: 0-4. Cuatro remates, cuatro goles. Si a nadie le amarga un dulce, esperemos que el lunes no se nos atragante.

 

«El lunes es cuando hay que dar el callo»

«Esto es largo y lo tenemos que ver en forma de puntos». Gaizka Garitano se mostró satisfecho pero también realista. Sabe que lo importante viene el lunes. «Hemos estado bastante bien, haciendo daño por bandas, la actitud desde el principio y el resultado que traíamos eran buenos, y tras el primer gol estaba todo encarrilado. Hacer cuatro goles es importante para la confianza», analizó lo hecho. A partir de ahí, «no tenemos que pensar mucho, nuestra guerra es la Liga, hay que recuperar gente, a partir del lunes el partido es de otra dimensión, es otro cuento y ahí tenemos que dar el callo». En cualquier caso, destacó del encuentro que «a parte de crear y marcar el objetivo era no dar sensación de vulnerabilidad, y quitando diez minutos con un par de errores por dentro y el penalti, lo hemos hecho. Se trata de ver que el equipo es sólido y no le hacen ocasiones». Día especial para él, reconoció, pero, como dejó muy claro, «ya estoy pensando en el partido del lunes», una cita para que Garitano sostuvo que «tengo tranquilidad en cuanto a la respuesta de los jugadores».J.V.