Izena Abizena
Director del Instituto de Salud Carlos III de Madrid
CRISIS ENTRE RUSIA Y UCRANIA EN EL MAR DE AZOV

El de Kerch es demasiado estrecho para el cálculo electoral ucraniano

La interceptación y arresto de tres barcos de la marina de guerra ucraniana hace hoy dos semanas ha provocado una nueva escalada en la tensión entre Rusia y Ucrania. Moscú ha aprovechado para aumentar su presencia militar en la zona y Kiev para intentar apuntalar su gobierno con la retórica panucraniana y antirrusa .

Hace hoy dos semanas, los guardias de fronteras rusos detuvieron tres barcos de la marina de guerra ucraniana en el mar Negro, a poca distancia de la costa de la península de Crimea. Utilizaron fuego real contra uno de los barcos y otro más fue embestido. Moscú justificó su acción por que los ucranianos habían cruzado ilegalmente la frontera de la Federación Rusa en la zona del estrecho de Kerch.

Para Kiev lo sucedido fue una agresión directa. Ha declarado la ley marcial en diez regiones del país, las costeras y las que tienen frontera con Rusia y con Transnistria, y ha prohibido la entrada a Ucrania de los varones rusos de 16 a 60 años. Además, estudia la posibilidad de romper el acuerdo de amistad ruso-ucraniano, aún vigente.

El 23 de noviembre tres barcos ucranianos, el remolcador Yani-Kapu y dos son cañoneras del tipo «Gyurza», el Berdyansk y su gemelo Nikopol, salen de Odessa para dirigirse al puerto de Berdyansk. Para llegar allí debían atravesar el estrecho de Kerch, sobre el que Moscú inauguró el año pasado el puente que une Crimea con la Rusia continental.

Al llegar a las cercanías del estrecho, a flotilla ucraniana se pone en contacto con las autoridades rusas pidiendo autorización para pasar. Estas les responden que no podrán cruzar hasta el 26 de noviembre pero en la madrugada del día 25 intentan cruzar de todos modos.

Los guardias de fronteras rusos les cierran el paso, incluso con un carguero que lo bloquea

Los ucranianos intentan mandar dos barcos más desde el puerto de Berdyansk, que se encuentra al norte del estrecho de Kerch, pero estos desisten ante la superioridad militar rusa.

Finalmente tras varias horas de maniobras a poca distancia los unos de los otros, los tres barcos ucranianos deciden volver hacia Odessa pero los rusos les ordenan pesar detenerse para ser inspeccionados. Finalmente el remolcador Yani-Kapu recibe la embestida de un barco ruso, lo cual lo deja sin propulsión, la cañonera Berdyansk es alcanzada por fuego real, resultando heridos de gravedad dos de sus tripulantes. El tercer barco, la cañonera Nikopol, se detiene ante la amenaza del empleo de fuerza.

Los barcos son remolcados al puerto de Kerch. Los 24 tripulantes, 22 marineros y dos agentes de los servicios secretos ucranianos son detenidos.

Cada uno de los dos bandos interpreta de forma diferente el incidente.Para Kiev, Rusia ha agredido a sus militares, que no eran un peligro a pesar de ir armados. Según Kiev han sido violadas leyes internacionales y sus barcos han sido detenidos en aguas internacionales después de haberse internado en aguas de «uso conjunto» con Rusia.

Para Rusia los ucranianos han violado leyes internacionales al entrar en aguas exclusivas rusas y haber intentado cruzar el estrecho.. Al argüir que en septiembre de este mismo año barcos militares ucranianos ya habían pasado el estrecho de Kerch siguiendo las normas rusas, lo ocurrido se interpreta en Rusia como una provocación. Una teoría que Moscú refuerza presentando documentos supuestamente incautados en los barcos, con instrucciones para intentar pasar a toda costa por el estrecho incluso empleando las armas de fuego; y con la presencia de los agentes ssecreto ucranianos en los barcos.

Para Rusia, Crimea y las aguas adyacentes son suyas desde 2014, cuando anexionó la península. Por consiguiente parte de esa premisa cuando aplica las leyes internacionales referentes al derecho marítimo. Esa situación no es reconocida por Ucrania y sus socios de la UE y la OTAN, que consideran la anexión ilegal. Aun así, Kiev no tiene poder militar frente a Rusia y se ve obligada a aceptar por activa o pasiva este status quo.

El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, no tardó ni un dia en proponer al parlamento ucraniano aplicar en todo el territorio la ley marcial para un período de 60 días. Algo que cogió de improviso incluso a diputados de su propio partido. La oposición fue contundente y lo acusó de intentar utilizar la situación en beneficio propio para poder aplazar las elecciones presidenciales previstas para marzo de 2019.

Poroshenko tiene según los sondeos una intención de voto cercana al 7%, y parece difícil que pueda remontar en una situación de normalidad. Por ello busca nuevos modos de o bien aplazar las elecciones, o bien incrementar su apoyo apelando al discurso panucraniano y antirruso. El incidente le daba las dos opciones. Aun así, tuvo que negociar para que se aprobase su ley marcial, recajando sus exigencias y renunciando a aplicarla en todo el territorio y reduciendo su vigencia a 30 días.

La reducción temporal no permite aplazar las elecciones, a menos que la ley marcial se extienda. Desde entonces Ucrania ha incrementado sus fuerzas en las frontera con Rusia. Rusia ha hecho lo mismo por su parte, trayendo misiles antibuque y reforzando la defensa antiaérea.

Es altamente improbable que la situación acabe en una guerra entre los dos países. Como demuestra incluso este último incidente, la superioridad militar rusa sobre Ucrania le garantiza una rápida victoria en caso de enfrentamiento real. Por ello, las autoridades rusas y numerosas voces en la propia Ucrania interpretan lo sucedido en clave de política interna ucraniana. Según esta interpretación, estariámos ante un pretexto creado por la propia Kiev para aplicar medidas que están dirigidas a conservar el poder.