Maite UBIRIA BEAUMONT
BAIONA

Macron despliega la propaganda de guerra contra la jornada de protesta

Tras fracasar en su plan de vaciar las calles con su renuncia a la subida de las tasas de carburantes, el Gobierno galo se consagró ayer a la propaganda de guerra, cara a parar la jornada de lucha de hoy. «Estas tres semanas han parido un monstruo que escapa al control de sus progenitores», abundó el ministro de Interior.

El primer ministro francés, Edouard Philippe, reunió ayer a un grupo selecto de su gabinete, que incluía a ministros cuyas carteras engloban materias sobre las que, de existir voluntad política, podrían plantearse medidas dirigidas a atender al descontento social que desde hace tres semanas se expresa en el Estado francés.

Por las carteras representadas en ese encuentro extraordinario, el cónclave podría haber analizado intervenciones posibles en relación a demandas planteadas por los «chalecos amarillos», como la de aumentar el salario mínimo profesional (SMIC) teniendo en cuenta el costo de la vida y no ese + 1,8% propuesto por el Ejecutivo para el año próximo.

Otra iniciativa sobre la que el Gobierno ha hablado en las últimas horas sería la de facilitar que las empresas abonen una paga de fin de año, idea que, según Philippe, contaría con el respaldo de las organizaciones patronales, siempre y cuando esa extra quede exenta de cotización de impuestos.

En todo caso, esa iniciativa, dada las fechas, no entraría en vigor este año, por lo que, más allá de la generación de expectativas, no tiene mayor valor a la hora de desactivar la crisis amarilla. Como mucho podría servir al Gobierno de munición ante una oposición política que anuncia la presentación, el lunes, de una moción de censura. La iniciativa sustentada por PS, PC y France Insoumise no tiene posibilidades de prosperar, dada la sólida mayoría de que dispone el macronismo, y que se expresó sin fisuras, el pasado miércoles, apoyando el plan Philippe, que anula la subida de la tasa sobre carburantes, demanda inicial de los chalecos.

«Chalecos ‘libres’»

Esa reunión de mini gabinete fue presentada oficialmente por el portavoz del Gobierno, Benjamin Griveaux, como un encuentro para preparar el debate a escala territorial que ofrece el Ejecutivo para abordar la fiscalidad de la transición ecológica.

El cónclave precedía a un encuentro ya directamente ligado a la jornada movilizadora prevista para hoy en París y otros muchos puntos del Hexágono.

Efectivamente, Matignon gestionó una reunión que entra en la hoja de ruta destinada a sembrar confusión sobre la protesta.

De este modo, una delegación de los autodenominados «chalecos amarillos libres», la «versión moderada» del movimiento, se invitaba a palacio, no sin antes secundar de facto la estrategia gubernamental al llamar a los ciudadanos que apoyan la protesta amarilla a no acudir a París y a desarrollar «actos pacíficos» en sus lugares de origen.

De este modo, el ministro de Interior, Christophe Castaner, se encontraba con un preciado aliado en la labor clave en la jornada de ayer: alentar la estrategia del caos mediante la profusión de mensajes apocalípticos sobre las consecuencias de la cuarta jornada de marcha general de los «chalecos amarillos». Apoyando esa propaganda de guerra, Interior publicitaba profusamente sus planes de blindar la zona de Campos Elíseos, «ante la llegada de miles de elementos violentos a París» y de desplegar hasta 89.000 agentes, de los que 9.000 se concentrarán en proteger al máximo la exquisita zona de la capital.

Actos por la justicia social y ecológica en Euskal Herria

La jornada de hoy está marcada en el calendario con al menos dos colores. El amarillo volverá a prodigarse en muchos puntos del Hexágono aunque la vista estará puesta en París, donde el Gobierno plantea un fuerte blindaje para evitar «escenas de violencia y actos de vandalismo» como los vividos el sábado pasado.

Esa exhibición policial tiene el objetivo añadido de dividir el movimiento de los «chalecos amarillos» y de rebajar su perfil movilizador.

Sin embargo, desde mucho antes que estallara ese brote polifórmico de descontento, la fecha del 8 de diciembre figuraba en otro color, el verde. Una movilización por el clima se anuncia, con horario y recorrido distinto, en París, pero también en unos 150 puntos más del Hexágono. El acto en favor de la justicia social y ecológica tendrá lugar a las 10.00 ante el Ayuntamiento de Baiona y a las 12.30 en Donibane Garazi. Formaciones como EELV, EH Bai, Générations, además de electos vinculados al PS baionarra han llamado a acudir a la movilización. M.U.B.