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brasilia

El ultraderechista Jair Bolsonaro completa su inédito Gobierno cívico-militar

El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, terminó ayer de formar su Gobierno, que, entre sus 22 ministros, tendrá a cinco miembros de las Fuerzas Armadas y al general Hamilton Mourao en la Vicepresidencia. El último nombramiento, ayer, el del titular de Medio Ambiente, el abogado Ricardo Salles, vinculado al grupo Endireita Brasil, una organización civil que promueve valores ultraconservadores.

Otros cuatro ministros definidos por el capitán de la reserva del Ejército que asumirá el poder el próximo 1 de enero han trabajado o estudiado en instituciones de las Fuerzas Armadas, lo que le dará al próximo Gobierno un carácter cívico-militar inédito en la democracia que Brasil recobró en 1985, tras 21 años de dictadura.

En contra del orden castrense, el capitán Bolsonaro tendrá bajo su mando a tres generales, un teniente coronel y un almirante, todos en la reserva, como él.

Los militares ocuparán las carteras de Defensa, Seguridad Institucional, Ciencia y Tecnología, Minas y Energía y la Secretaría de Gobierno. Mientras que los titulares de Salud, Contraloría General, Infraestructura y Educación tienen también historia castrense.

Entre los civiles, el ministro más destacado es el juez Sergio Moro, «paladín» de la lucha contra la corrupción, que se ganó esa imagen en el país como responsable en primera instancia de la operación Lava Jato, que destapó las corruptelas en Petrobras que llevaron a detectar una red de alcance internacional. Y estuvo a cargo del juicio contra Luiz Inácio Lula da Silva.

Al frente del equipo económico, y con «carta blanca», según ha dicho el propio Bolsonaro, estará el economista Paulo Guedes, alineado al ideario neoliberal de Milton Friedman y formado en la Escuela de Chicago. Su Ministerio de Hacienda englobará las carteras de Planificación e Industria y Comercio y su propuesta pasa por un ambicioso plan de privatizaciones.

Al frente de la cartera de Relaciones Exteriores se sitúa Ernesto Araújo, un diplomático de carrera que alcanzó el grado de embajador este año pero que aún no ha ocupado ese cargo en ningún país. Se dice admirador de Donald Trump y dispuesto a combatir la globalización, el marxismo tanto ideológico como «cultural» y el «alarmismo climático».