Ane URKIRI ANSOLA
DONOSTIA

El transporte marítimo pone límites a la emisión de gases contaminantes

El 1 de enero de 2020 entrará en vigor el nuevo límite de azufre en combustible para reducir las emisiones fijado por la OMI, que pasará a ser del 0,5%. Se calcula que los 20 barcos más grandes vierten más azufre a la atmósfera que los millones de coches del planeta. El combustible marino es 2.700 veces más contaminante que el diésel de las carreteras.

El transporte marítimo constituye el 90% del comercio mundial y es responsable de casi un 2,5% de las emisiones de gases contaminantes de efecto invernadero. En resumidas cuentas, se puede considerar como una de las fuentes de contaminación más peligrosas del planeta.

El Comité de Protección del Medio Marino de la Organización Marítima Internacional (OMI) decidió reducir el límite de emisiones de azufre del 3,5% al 0,5%, lo que se implementará a partir de 2020. No obstante, algunas organizaciones critican que la OMI postergó cualquier acuerdo para la reducción de gases invernadero cuando los buques de carga emiten unos 1.000 millones de toneladas de CO2 anualmente.

En lo que respecta al límite de azufre en el combustible, la OMI ya había establecido reglas estrictas en algunas zonas, denominadas SECAs por sus siglas en inglés (Sulphur Emission Control Areas): el mar Báltico, el mar del Norte y el canal de la Mancha. En estas zonas se limitó el contenido de azufre en los combustibles marinos en un 0,1%.

Los países interesados en las ECAs (Emission Control Area) deben solicitar a la OMI para designar un área frente a sus costas y controlar las emisiones de los buques. En marzo de 2010, EEUU y Canadá presentaron una propuesta que se extiende hasta 200 millas náuticas de sus costas y alrededor de las islas de Hawaii.

Entró en vigor en 2012 y ese mismo año la OMI redujo el límite de azufre permitido del 4,5% al 3,5% en el resto de las costas, hasta que en 2016 tomó la determinación de fijar el límite en 0,5% para el año 2020. Para cumplir con esta normativa, los buques de mercancías deberán buscar alternativas no solo para reducir la contaminación, sino también para reducir el gasto de petróleo.

Así, el conglomerado danés Maersk, la mayor compañía de transporte marítimo, que antes de 2007 consumía alrededor de 300 toneladas de fuel por día y emitía cerca de 1.000 toneladas de CO2 diarias, gastó 3.370 millones de dólares en combustible el año pasado y prevé doblar el gasto con la nueva regulación.

Alternativas aprobadas

La OMI propone utilizar el fuel reglamentario de bajo contenido en azufre –que incrementará los costos de las navieras en un 33%, de 450 a 600 dólares por tonelada– y ve con buenos ojos el uso de gas, como ya vienen haciendo algunos buques. Otro combustible alternativo puede ser el metanol. Tal y como se puede apreciar en la infografía anexa, existen otros métodos alternativos aceptados, como los sistemas de limpieza de los gases de escape o las “lavadoras” que limpian las emisiones antes de que sean liberadas al medio ambiente.

La industria naviera ya se está planteando disminuir la velocidad para ahorrar combustible y reducir sus emisiones contaminantes. Interpreta que puede ser la mejor solución para los armadores. A este respecto, Svein Moxnes Harfjeld, ejecutivo jefe de DHT Holdings Inc., asegura que será positivo para el mercado y para los consumidores.

Con esta iniciativa, la compañía danesa –una de las más contaminantes– logró recortar el consumo de combustible y sus emisiones de carbono en un 30%. «Nuestro objetivo es reducir las emisiones un 25% para 2020 y la navegación lenta es una de las herramientas más importantes para alcanzar esa meta», detalló Bo Cerup-Simonsen, director de Tecnología Marina de Maersk, a BBC.

La empresa finlandesa Norsepower está trabajando junto a Maersk para instalar un nuevo sistema de propulsión eólica en los buques de carga. Con enormes cilindros giratorios que utilizan la energía del viento, prevén reducir el consumo promedio de combustible en hasta 10%.