Entre la documentación que manejó el documentalista canadiense Richard Lanni para la serie televisiva sobre la Segunda Guerra Mundial “Road to Victory” (2011) se encontró con la curiosidad de perros condecorados, y así llegó hasta el Sargento canino Stubby, que fue el primero en recibir honores militares ya en la Gran Guerra. El cineasta pensó que la mejor manera de llevar a la pantalla las aventuras de este héroe bélico de cuatro patas sería la animación, por lo que no paró hasta obtener la financiación necesaria, unos 25 millones de dólares aportados mediante una coproducción internacional. Una cantidad que no ha recuperado en la taquilla estadounidense, debido a que la temática histórica se le resiste al público familiar, a pesar de que se han intentado evitar contenidos violentos explícitos.

También sucede que la audiencia infantil está acostumbrada a las mascotas parlantes, pero para no perder la referencia real Stubby se limita a ladrar. Lo que no impide que el perro callejero de raza Boston Terrier se encariñe con el soldado Robert Conroy cuando este le recoge en Connecticut el año 1917, tanto como para esconderlo cuando las tropas son embarcadas para luchar en el frente europeo, donde rescatará a combatientes caídos y llevará a cabo otras tantas hazañas.