Daniel GALVALIZI

El seísmo en Podemos-Madrid amenaza su objetivo estatal

El partido de Iglesias se topa con varios obstáculos en su objetivo de reeditar la alianza con Manuela Carmena en su ayuntamiento más emblemático. La revuelta de los ediles y la frialdad de la alcaldesa pone en apuros la táctica morada para las municipales de mayo.

Parece haber pasado la borrasca interna para Podemos Madrid. Tras realizar las primarias para definir su lista de concejales, en las que obtuvo un amplio triunfo la lista de unidad liderada por Julio Rodríguez, se aplacaron los ánimos. Sucedió tras semanas en que el partido vino recibiendo varios embates que preocuparon a su cúpula, cuyo objetivo principal es renovar la alianza con la alcaldesa, Manuela Carmena, y no poner en riesgo el poder del municipio madrileño, su conquista más emblemática y, ahora también, más conflictiva.

Después de las primarias madrileñas –que fueron simultáneas a las autonómicas y las europeas– ha llegado el turno para que los inscritos voten las listas para las Cortes españolas, un proceso que comenzó el sábado y se concluirá el 21 de diciembre. Una votación imprevista, con la que sorprendió Pablo Iglesias el mes pasado para adelantarse a una posible jugada del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. La convocatoria de un superdomingo electoral en mayo cada vez suena más posible tras el eventual fracaso de los presupuestos y la debacle electoral de la izquierda en Andalucía.

Pero más allá de lo sucedido con Teresa Rodríguez y su confluencia Adelante Andalucía, en los últimos tiempos las miradas en Podemos se han dirigido a su filial madrileña, con el seísmo producido por la renuncia a participar de las primarias de seis concejales, liderados por la influyente portavoz en el Ayuntamiento, Rita Maestre. Errejonista y espada de Carmena en la batalla legislativa, la edil condujo la revuelta interna de quienes se opusieron a participar de una elección que los ubicaba en las listas en lugares por debajo de lo que creen merecer.

Al ser parte del equipo de Gobierno de Carmena, los seis tienen garantizado que la alcaldesa los elija para puestos altos en la papeleta. El secretario de Organización, Pablo Echenique, no dudó y los suspendió por violar el estatuto morado que el pablismo cuida como oro: las primarias se hacen sí o sí.

Otro embate ha sido que, en plena crisis, Carmena anunciara la conformación de su nueva confluencia, llamada Más Madrid –reemplaza a Ahora Madrid–, con la que aspira a reeditar la coalición con Podemos, Izquierda Unida, Anticapitalistas, Equo y sectores independientes, pero con la condición de que ella elija a los integrantes de la lista. El motivo no es otro que el viejo enfrentamiento que tuvo con miembros de su equipo que pertenecen a Anticapitalistas.

El culebrón morado obtuvo cobertura especial en los medios estatales, que volvieron a amplificar los ecos de una grieta ya vieja: la disputa de liderazgo entre Carmena e Iglesias. Las declaraciones de la exjueza enfatizando su autonomía respecto a Podemos solo arrojaron más leña al fuego de las especulaciones. Tampoco ayudaron las filtraciones de parte del equipo de Carmena –confirmadas por GARA– sobre su enfado con el líder de Podemos por su aparición sorpresiva en una charla con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, para usufructuar la foto de los tres juntos.

Como explicaron a GARA fuentes cercanas a Echenique, Carmena tendrá la potestad de decidir los lugares, pero no quiénes la integrarán. «Esos son los de la lista votada en primarias, sí o sí, y ella deberá respetarlo. El lugar lo elegirá y habrá que negociar», afirman.

Dos fuentes consultadas de la dirección partidaria han admitido en reserva que el revuelo mediático generado por esta tormenta causó daño. «La gente no quiere ver clima de división y disputa», se lamentan. Pero ante el conflicto, la orden del tándem Iglesias-Echenique fue clara: «Lo único importante para Podemos y la única prioridad en la que hay que dejarse la piel es en que no quede ninguna duda de que Podemos y Carmena se presentan juntos».

La joya de la corona

Además, dejaron claro que salvo que haya escollos inasumibles, retener la Alcaldía de Madrid «es tan importante como todo lo demás es secundario». El pablismo ve como un paso clave para acceder a la Moncloa la reelección del Gobierno de la capital del Estado, por todo lo que eso ha significado para los denominados «ayuntamientos del cambio». Si bien Podemos cogobierna (en confluencia) las tres ciudades más grandes del Estado español, el ruido del procès en Barcelona y las diferencias con Compromís en València, sumado a los altos índices de popularidad de Carmena, han puesto a Madrid al tope de la vidriera. Es la joya que el pablismo quiere exhibir.

Sin embargo, los problemas en la estrategia municipal morada prosiguen. En enero viene la segunda fase de primarias en las ciudades en las que aún no se han hecho. En algunas, las peleas internas no han permitido habilitar confluencias (como en La Rioja o Cantabria) y en otras no hubo candidatos suficientes (como en Mallorca). Peor aún, algunos concejales se han rebelado ante la obligación estatutaria de donar el excedente del sueldo que supere los tres salarios mínimos, como pasó en Badajoz.

No faltan los que apuntan a esa razón como un factor que influyó entre los rebeldes de Madrid. «Cuando te vas de Podemos y eres candidato de una confluencia, dejas de tener que respetar el estatuto y, con ello, las donaciones», recuerdan. También habría otro, de mayor peso: si no logra formar Gobierno, Carmena anunció que renunciaría a su escaño, por lo que se abre la disputa por quién hereda el liderazgo en una virtual oposición (o el Ayuntamiento, en una eventual renuncia antes de 2024, que no pocos comentan).

Relizadas las primarias, Podemos busca firmar la paz con Carmena para tener un armado de listas satisfactorio. Pero los intentos de dirigentes de IU y Anticapitalistas de conformar una candidatura propia al margen de Más Madrid, auguran que al deseo de Iglesias de retener la capital como sea le quedan varios escollos por superar.