GARA
LA HABANA

Cuba alarga el debate sobre el matrimonio igualitario

En pleno debate sobre la reforma constitucional y tras las consultas realizadas con la población, la comisión de la Asamblea Nacional encargada de redactar el texto final anunció cambios en el artículo relativo al matrimonio entre «dos personas». Debido a las reservas que ha generado, será sustituido por otro artículo que reemplaza el término «personas» por el de «cónyuges». El concepto de matrimonio quedará en manos del futuro Código de Familia.

La comisión de la Asamblea Nacional encargada de redactar el texto final de la reforma constitucional anunció tras analizar las propuestas recogidas durante tres meses entre la población cambios sustanciales en el artículo 68, relativo al matrimonio homosexual. En su redacción inicial se definía el matrimonio como la unión «entre dos personas», modificando el concepto de «entre hombre y mujer» establecido en la Constitución de 1976. Pero ante las reservas que ha generado en sectores de la sociedad cubana esta nueva redacción, el secretario del Consejo de Estado y diputado coordinador de la redacción del texto, Homero Acosta, anunció que este artículo será retirado del proyecto de Constitución.

«El artículo 68 fue el más abordado por el pueblo en la consulta popular, en el 66% de las reuniones (de debate ciudadano). De las 192.408 opiniones, 158.376 proponen sustituir la propuesta por la que está hoy vigente», detalló la Asamblea Nacional en Twitter. Ante esa situación, «la Comisión (de redacción del texto) propone diferir el concepto del matrimonio, es decir, que salga del Proyecto de la Constitución, como forma de respetar todas las opiniones. El matrimonio es una institución social y jurídica.La ley definirá el resto de elementos», agregó.

En sustitución del artículo 68, se propone el artículo 82 que define el matrimonio como «una de las formas de organización de la familia, que se funda en el libre consentimiento y en la igualdad de derechos, obligaciones y capacidad legal de los cónyuges». El concepto de matrimonio quedará en manos del Código de Familia, que, en un plazo de dos años, deberá establecer quiénes «pueden ser sujetos del matrimonio».

También se incorpora un capítulo solo para la familia, donde se «reconocen los vínculos jurídicos y de hecho, y el derecho de cada ciudadano de fundar una familia, sin distinción de su naturaleza».

En su cuenta de Twitter, Mariela Castro, diputada y directora del Centro de Educación Sexual (Cenesex) e impulsora del matrimonio homosexual, negó que esta modificación sea un retroceso. «La nueva fórmula sostiene la esencia del artículo anteriormente propuesto (68), pues borra el binarismo de género y heteronormatividad con el que estaba definido el matrimonio en la Constitución de 1976. La variación en la nueva propuesta estriba en las sustitución de ‘personas’ por ‘cónyuges’, cuestión que mantiene la posibilidad de que todas las personas podamos acceder a la institución matri- monial. Además coloca como elemento novedoso las uniones de hecho, sin atarlas a género alguno; esta figura, a la larga y según las estadísticas, es la más usada en nuestra sociedad», resaltó Castro ante interpretaciones mediáticas que afirmaban que el texto constitucional, que será votado en referéndum el próximo 24 de febrero, cierra la puerta al matrimonio entre personas del mismo sexo.

«No hay retroceso, la esencia del artículo 68 se mantiene, la lucha continúa, ahora démosle el ‘sí’ a la Constitución y luego cerremos filas para lograr un Código de Familia tan avanzado como el nuevo texto constitucional. No hemos cedido ni cederemos a los chantajes fundamentalistas y retrógrados que se oponen políticamente al proyecto emancipador de la Revolución cubana», incidió.

En entrevista con GARA, Castro admitía que este tema ha generado «contradicciones» en la sociedad. Rechazaba también todo intento de presión por parte «grupos de fundamentalistas religiosos que están tratando de chantajear al Gobierno».

Aseguró también que «el Estado está obligado a garantizar los derechos –entre los que se incluye la no discriminación– independientemente de que eso no sea aprobado por la mayoría ya sea por sus prejuicios, intereses o por lo que sea.