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EL CAIRO

El Cairo responde al atentado con una operación que deja 40 muertos

El Gobierno egipcio reaccionó al atentado contra un autobús turístico en Guiza, que el viernes dejó al menos cuatro muertos, con una operación en la que las fuerzas de seguridad mataron al menos a 40 yihadistas, y con el que El Cairo trata de recuperar la imagen de seguridad tras un golpe en un sector estratégico.

Las fuerzas de seguridad egipcias mataron ayer a 40 supuestos yihadistas al día siguiente del atentado contra un autobús de turistas vietnamitas, el primero desde hace más de un año en un país que ha convertido la lucha «antiterrorista» en una prioridad y que trata de recuperar su posición en el mercado turístico.

El viernes, tres turistas vietnamitas y su guía egipcio murieron a causa de la explosión de una bomba de fabricación casera cuando su autobús pasaba cerca de las pirámides de Guiza, en la periferia suroeste de la capital egipcia. El ataque dejó también heridos a 11 turistas y al conductor del vehículo.

Según Saigon Tourist, la agencia que organizó el viaje, los turistas se dirigían a un restaurante para cenar en el momento del atentado.

El ministro de Relaciones Exteriores vietnamita, Thi Thu Thu Hang, afirmo que «Vietnam está en cólera y condena con firmeza el acto terrorista que mató e hirió a numerosos vietnamitas inocentes», y además pidió a Egipto «castigar severamente» a los autores.

Aunque los ataques contra fuerzas de seguridad son habituales, sobre todo en la región del Sinaí, donde actúa el Estado Islámico (ISIS), el atentado del viernes es el primero contra turistas desde julio de 2017.

Este sector crucial para la economía egipcia turismo ha venido sufriendo la inestabilidad política y los atentados de grupos extremistas como el ISIS desde 2013 y trataba de recuperarse. «El ataque echa por tierra el fuerte mensaje del gobierno egipcio, según el cual el país es seguro para los turistas», explica Zack Gold, especialista en cuestiones de seguridad en Oriente Medio y analista en el centro de investigación CNA, con sede en Estados Unidos.

Tras este tipo de ataques, las autoridades anuncian de manera casi sistemática asaltos y la muerte de «terroristas».

Operación policial inmediata

Así, tras el ataque en Guiza, el ministro del Interior anunció ayer que se llevaron a cabo incursiones en la región de Guiza y en el Sinaí del Norte.

«Cuarenta terroristas han sido abatidos», 30 de ellos en la región de Guiza y 10 en el Sinaí del Norte, según la misma fuente. «Planeaban una serie de agresiones contra las instituciones del Estado», así como contra el sector turístico, lugares de culto cristiano y las fuerzas de seguridad, aseguró el Ministerio, que no relacionó directamente los asaltos de la policía con el ataque del viernes.

Los medios egipcios transmitieron por televisión y redes sociales las fotos de los presuntos yihadistas muertos. En éstas se ve a hombres ensangrentados con el rostro difuminado y un arma en la mano, en escondites rudimentarios.

Pero estos medios, bajo control del Estado, hablaron muy sucintamente del atentado, un tema delicado en Egipto, donde el poder se presenta como un gran aliado de las potencias occidentales contra el ISIS. Desde febrero, las fuerzas de seguridad dirigen una ofensiva contra el ISIS, en particular en la región de Sinaí del Norte, donde unos 500 yihadistas han sido abatidos según el Ejército.

El presidente egipcio, Abdel Fata al Sisi, decretó el Estado de emergencia después de los ataques contra iglesias en abril de 2017, una medida que ha sido renovada continuamente desde entonces.

Un sector en recuperación que mira a Asia

Más allá de la conmoción por el atentado, profesionales del sector turístico temen las repercusiones. «Temo que impacte sobre nuestro medio de vida, estábamos contentos porque el turismo había remontado un poco», señala el propietario de un servicio de paseos en camellos en Guiza, que asegura que las vacaciones de fin de año siguen siendo una temporada importante que atrae a numerosos visitantes.

Egipto había empezado a recuperar el turismo y alcanzó los 8,2 millones de visitantes en 2017, lejos aún de los 14,7 millones de 2010. El golpe más duro para el sector se remonta al 31 de octubre de 2015. Una bomba del Estado Islámico mató a los 224 ocupantes de un avión ruso, tras su despegue desde Sharm el Sheij. Los turistas rusos eran entonces los principales visitantes del país árabe y habían vuelto a aumentar, pero el Gobierno prevé basar el crecimiento turístico en los países asiáticos, precisamente allí donde ha golpeado el último ataque.GARA