GARA
NUEVA DELHI

La entrada de dos mujeres en un templo hindú desata las protestas en Kerala

Decenas de heridos, casi un centenar de vehículos destruidos y policías y periodistas atacados es el balance que dejaron las protestas en el sur de la India desde que dos mujeres entraron, por primera vez, en el templo sagrado hindú de Sabarimala.

Decenas de personas resultaron heridas y casi un centenar de vehículos resultaron dañados en las protestas que ayer volvieron a tener lugar en el estado de Kerala, en el sur de India, en contra de la entrada de dos mujeres en un templo hindú desafiando a los más tradicionalistas.

El gran templo hindú Ayyappa en Sabarimala fue durante 20 años objeto de una batalla judicial antes que el 28 de octubre la Corte Suprema juzgara como discriminatoria la prohibición de entrada al santuario a las mujeres con edad de tener la menstruacón, es decir de entre 10 y 50 años. Las mujeres con menstruación son con frecuencia consideradas como impuras en la sociedad india conservadora y patriarcal.

El miércoles, dos mujeres entraron en el templo a escondidas y bajo protección policial. Imágenes difundidas por medios locales mostraron a dos mujeres vestidas de negro y con las cabezas cubiertas con pañuelos accediendo al templo en la oscuridad de la noche entre una multitud de hombres, tras haber realizado la ascensión de cinco kilómetros desde la localidad de Pamba hasta el templo.

En los últimos meses, decenas de mujeres habían intentado sin éxito realizar la peregrinación a Sabarimala, pero centenares de devotos y manifestantes de grupos de extrema derecha hindú impidieron su acceso.

La decisión judicial de la Corte Suprema ha desatado las protestas de los creyentes en el dios célibe hindú Ayyappa, así como de la sección regional del BJP del primer ministro Narendra Modi y del Partido del Congreso, que se unieron a los devotos durante las primeras protestas.

La huelga convocada ayer por la coalición de grupos de derechas Sabarimala Karma Samithi, y secundada tanto por el partido hindú BJP como por el histórico Partido del Congreso de la dinastía Nehru-Gandhi, causó el cierre de negocios y oficinas y alteró el funcionamiento del transporte público.

Modi: «Es la tradición»

Modi, que aspira a un segundo mandato en las elecciones previstas este año, se mostró aparentemente partidario de la prohibición, al considerar que es una cuestión de tradición.

«Hay algunos templos que tienen sus propias tradiciones, a los que no pueden ir los hombres. Y los hombres no van», declaró a medios indios.

Por su parte, el jefe de Gobierno de Kerala, Pinarayi Vijayan, informó que los manifestantes destruyeron siete vehículos policiales y 79 autobuses y atacaron a decenas de miembros de las fuerzas de seguridad y de los medios de comunicación, en su mayoría mujeres.

En rueda de prensa en Thiruvananthapuram, el político del Partido Comunista de la India (marxista) apuntó que hay «un montón de violencia a lo largo del estado» y precisó que su Gobierno tiene la responsabilidad de implementar la decisión del máximo órgano judicial. «El Sangh Parivar (grupos afines al nacionalista hindú de extrema derecha Rashtriya Swayamsevak Sangh) están tratando de sabotear el veredicto del Tribunal Supremo, los devotos reales no están en contra del veredicto», afirmó Vijayan.

El jefe del Gobierno de Kerala defendió la entrada de las dos mujeres al santuario, escoltadas por agentes del orden vestidos de paisano, después de haberlo intentado el pasado diciembre y ser obligadas a regresar por un grupo de manifestantes.