Iñaki IRIONDO
GASTEIZ

La familia Cabacas ve que del juicio salen motivos para más acusaciones

La acusación particular entiende que en la sentencia por la muerte de Iñigo Cabacas y en los testimonios y pruebas recogidas en el juicio hay elementos para investigar por encubrimiento y corresponsabilidad en el homicidio imprudente al exjefe de la comisaría, Jorge Aldekoa, su segundo, Raúl Otaola, al «Ugarteko» Iñaki Larrea y a otros agentes.

La sentencia que acabó condenando únicamente a un mando de la Ertzaintza por la muerte de Iñigo Cabacas de un pelotazo en la cabeza, incluyó «dos consideraciones previas para centrar la resolución de ese caso», que la acusación particular que representa a la familia cree que pueden dar lugar a una nueva actuación judicial para depurar más responsabilidades.

La primera consideración del tribunal fue la existencia de mandos que no estaban siendo juzgados pero que «tuvieron intervención en las actuaciones policiales que se llevaron a cabo esa noche», y que dieron lugar al «incremento injustificado de la tensión en la zona, provocado por la propia actuación policial, y una situación considerable de descontrol en los agentes que actuaban y de descoordinación entre los mandos que estaban en comisaría y los mandos que estaban en la calle». La abogada de la familia, Jone Goirizelaia, estima que estos mandos deberían ser también investigados ahora por ser corresponsables del delito de homicidio por imprudencia profesional por el que ya ha sido condenado el oficial 3389.

La segunda consideración de los jueces recogida en la sentencia es «la deficiente investigación que se llevó a cabo por la Ertzaintza desde que se tuvo noticia de que un ciudadano había sido alcanzado por una pelota de goma», citando expresamente que en lugar de recoger las armas empleadas y comprobar qué agentes dispararon y cuantas pelotas se emplearon, «se limpiaron de inmediato y se impidió cualquier prueba que pudiera realizarse sobre ellas».

El tribunal también señaló que los ertzainas, «desde el momento en el que se van dando cuanta de que se ha producido un herido, van acomodando o preparando su versión para evitar responsabilidades». Todo esto, en opinión de Goirizelaia, puede constituir un delito de encubrimiento.

En el escrito remitido a la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Bizkaia, la acusación particular también solicita atender a una acusación por «omisión de los deberes de impedir delitos o de promover su persecución».

Mandos y agentes señalados

La abogada Jone Goirizelaia ha recogidos extractos de la sentencia, partes de los interrogatorios que tuvieron lugar en el juicio, así como material grabado que figura en la instrucción y algunos atestados policiales. Pide que la Audiencia «deduzca testimonio» de ellas para citar como investigados a un total de siete miembros de la Ertzaintza.

El primero de ellos es Jorge Aldekoa, que en aquellos momentos era el jefe de la comisaría y que con posterioridad fue ascendido a jefe de la Ertzaintza, puesto del que dimitió precisamente después de conocerse la sentencia por la muerte de Iñigo Cabacas, con un escrito en el que venía a asumir su responsabilidad en lo ocurrido. También durante el juicio dejó claro que era el mando que estaba por encima de todos los que intervenían en comisaría y en la calle. Por debajo suyo estaba el subjefe de la comisaría, Raúl Otaola, que se encontraba de servicio y en la zona aquella noche.

El escrito señala a Iñaki Larrea, «Ugarteko», el jefe de Operaciones que coordinaba y ordenaba las actuaciones por radio.

La acusación particular pide también que se depuren las responsabilidades del ertzaina 8144, responsable del búnker, y que asegura que limpió las escopetas y repuso las pelotas, lo que perjudicó a la investigación posterior.

Además, se menciona al agente 7112, que figura como instructor del atestado policial, y al 8525, secretario del atestado.

Goirizelaia pide que el Departamento de Seguridad facilite el número profesional de un ertzaina que aparece en una grabación de la noche del disparo y que podría ser el jefe de investigación de la Ertzaintza.

El responsable del búnker, un libro y la noticia de GARA

Durante el juicio, la abogada de la familia Cabacas, preguntó al responsable del búnker, el agente 8144: «Una vez que se hace uso del material antidisturbios, de las escopetas, peloteros… ¿qué se hace con ese material cuando se vuelve a comisaría?». Y el ertzaina respondió que «cuando llega el material lo recojo, lo dejo aparte y lo voy borrando del libro». Sin embargo, de aquella noche no hay anotación alguna en ningún libro.

Frente a la versión oficial de que el búnker era un caos en el que se entregaban armas y pelotas sin ningún control, GARA publicó el 21 de abril de 2013 que fuentes conocedoras del funcionamiento de la comisaría que eso no era así. El 30 de diciembre de 2018, otra fuente confirmaba que la comisaría de Bilbo «tenía en su armero y almacén un orden impecable». La abogada de la familia pide en su escrito que la Audiencia incorpore esta última noticia a sus gestiones.I.I.