EDITORIALA
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Suecia desmiente al triunvirato andaluz

Suecia acudió a las urnas el pasado 9 de setiembre, pero no fue hasta ayer que los partidos lograron un acuerdo para desencallar la formación de gobierno, reflejo del endemoniado mapa parlamentario surgido de las elecciones. Los partidos se presentaron por separado pero en dos grandes bloques, uno del centro a la izquierda y otro del centro a la derecha. El primero logró 144 escaños y el segundo 143. En principio, la balanza quedaba en manos de la extrema derecha, que logró 62 diputados sin alinearse con ninguno de los grandes bloques.

La derecha podía hacerse con el gobierno apoyándose en los ultras, tal y como ha ocurrido en Andalucía esta semana. De hecho, los moderados –principal partido de la alianza conservadora–, se decantaban por dicha opción, pero dos partidos menores, los centristas y los liberales, se negaron en rotundo a hipotecarse con la extrema derecha. El cordón sanitario funcionó y ayer, cuatro meses después de las elecciones, ambos alcanzaron un pacto con los socialdemócratas –principal partido del bloque progresista– para renovar el mandato de Stefan Löfven como primer ministro. En la otra cara de la moneda, el acuerdo incluye la exclusión de cualquier pacto gubernamental del Partido de la Izquierda, cuya abstención sin embargo Löfven necesita para ser elegido en el Parlamento.

El veto a la extrema derecha es una buena noticia que demuestra que las cosas no tienen por qué seguir la senda andaluza. Que ocurra sacando de la ecuación a la izquierda, sin embargo, arroja dudas que solo el tiempo resolverá. Pero mientras tanto, que el cordón sanitario a la extrema derecha no elimine la pugna entre el resto de partidos es una buena noticia. Uno de los factores que se enumeran para explicar el auge de la extrema derecha en el país escandinavo es la mimetización de los partidos de centroderecha y centroizquierda, lo que habría llevado al votante descontento a buscar alternativas fuera de los partidos tradicionales. La izquierda –que solo logró 28 diputados– tiene las manos libres para construir la suya.