GARA
ATENAS

La tensión retrasa a hoy el voto sobre Macedonia en el Parlamento griego

Cientos de diputados que pedían la palabra, ataques y amenazas a los diputados que apoyan el acuerdo, manifestaciones y pancartas en la Acrópolis... El Parlamento atrasó a hoy la votación sobre el cambio de nombre de la exrepública yugoslava de Macedonia (ARYM).

El Parlamento griego pospuso a hoy al mediodía la votación sobre el cambio del nombre de la Antigua República Yugoslava de Macedonia (ARYM) a Macedonia del Norte, que estaba prevista para la medianoche, para posibilitar que puedan participar en el debate el gran número de diputados que así lo han solicitado, más de 200 de los 300 miembros de la Cámara.

El pasado domingo una manifestación convocada a la vez por la derecha de Nueva Democracia y por los neonazis de Aurora Dorada reunió a 60.000 personas ante el Parlamento.

Para la tarde de ayer estaban previstas nuevamente concentraciones en el centro de Atenas contra el denominado acuerdo de Prespa, entre Atenas y Skopje, convocadas por la misma coordinadora panhelena pero también por el Partido Comunista Griego, KKE.

La colina de la Acrópolis amaneció ayer cubierta por dos gigantescas pancartas con la firma del KKE, en las que se puede leer en griego y en inglés «No al acuerdo de Tsipras-Zaev, a los planes de la OTAN-EEUU y la UE, al irredentismo y al nacionalismo», «Sí a la amistad, a la solidaridad y a la lucha conjunta de los pueblos».

Mientras tanto, el primer ministro, Alexis Tsipras, agradeció a través de twitter la carta de apoyo al acuerdo de Prespa firmada por 158 representantes del arte y la cultura del país. «Es el mejor mensaje que se puede enviar desde una Grecia que simboliza el progreso, la solidaridad y la amistad entre los pueblos».

Ataques y amenazas

Al mismo tiempo, condenó enérgicamente el ataque con cócteles molotov perpetrado el miércoles por la noche contra la casa de la diputada de Syriza Theodoras Tzakris.

Algunos diputados han recibido amenazas de muerte y el exministro de Exteriores Nikos Kotziás, arquitecto del acuerdo junto a su colega macedonio, Nikola Dimitrov, incluso ha recibido en varias ocasiones cartas que contenían una bala.

La crispación también estuvo patente en el hemiciclo, en el que varios partidos de la oposición presentaron una moción de anticonstitucionalidad contra el acuerdo, y Nueva Democracia, que cuando estaba en el gobierno impulsó acuerdos similares, cuando no mucho más claudicantes, con Skopje, coqueteó con la posibilidad de presentar una moción de censura. Finalmente, Nueva Democracia desistió de la idea, consciente de que una semana después de obtener la confianza del Parlamento resultaba difícil que Tsipras perdiera una nueva moción.

Todo apuntaba ayer, además, a que pese a la fuerte oposición, el Gobierno pueda lograr hoy el apoyo de la mayoría (151 de 300 diputados) al acuerdo.

Y es que, junto a los 145 escaños de Syriza, el Acuerdo de Prespa podría ser avalado por al menos seis disidentes provenientes de su antiguo aliado de gobierno, el partido panheleno Griegos Independientes (Anel) y de otros partidos como la coalición de izquierdas Kinal y el pro-UE Potami. Dos diputados de este partido presentaron su dimisión a principios de semana, lo que provocó que la formación centrista haya perdido su grupo parlamentario propio.

Pero la onda de choque provocada por el litigio en torno a la denominación de Macedonia no acaba ahí. El martes, los diputados del partido Dimar, que se unieron en marzo de 2018 al histórico y agonizante Partido Socialista Heleno, anunciaron la ruptura de la coalición porque están a favor del acuerdo.