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Líbano forma un nuevo Gobierno con el reto de una grave crisis económica

El nuevo Gobierno libanés, versión corregida del anterior equilibrio entre facciones y comunidades, debe afrontar una aguda crisis económica, con las repercusiones de la guerra siria. El primer ministro, de nuevo Saad Hariri, ha prometido reformas que atraigan inversiones.

El nuevo Gobierno de Líbano, formado el jueves después de más ocho meses de negociaciones y dirigido de nuevo por el primer ministro saliente, Saad Hariri, afronta el reto de hacer frente a una aguda crisis económica entre profundas divisiones políticas.

Con 30 ministros, entre ellos cuatro mujeres, cuenta con representación de los principales partidos del país, reproduciendo el tradicional reparto del poder. Los ministerios de Interior y de Energía quedaron en manos de mujeres por primera vez en la historia del país. El ministro de Relaciones Exteriores, Gebran Bassil, mantuvo su puesto, al igual que el ministro de Finanzas, Ali Hassan Khalil.

«Los desafíos son numerosos y los medios limitados. Estamos frente a desafíos económicos, financieros, sociales y administrativos», señaló Hariri, que ha prometido reformas económicas de envergadura en un país que sufre especialmente las repercusiones de la guerra en la vecina Siria. Hariri prometió estas reformas en una conferencia internacional organizada en abril por el Estado francés, durante la cual varios países se comprometieron a desembolsar 11.500 millones de dólares en préstamos y donaciones si se llevan a cabo. El país sufre cortes de electricidad cotidianos y escasez en el suministro de agua, así como una grave crisis en la gestión de residuos.

Las negociaciones de los partidos sobre la distribución de los ministerios han retrasado la formación del nuevo gabinete. Líbano está regido por un complejo sistema para garantizar un frágil equilibrio entre las diferentes comunidades y partidos.