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El Mediterráneo se tragó en 2018 a 1.064 personas en la frontera sur española

La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía ha contabilizado 1.064 inmigrantes muertos y desaparecidos en la llamada frontera sur española en 2018, una cifra que cuadruplica la del año anterior y equivale a la suma de los últimos cinco años.

Las muertes certificadas por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía en las costas españolas fueron 499 y las desapariciones, 565, mientras que las llegadas, según sus datos, fueron 64.120, más del doble que el año anterior y el número más alto desde que existen registros. Salvamento Marítimo rescató a casi 50.000 personas que viajaban en 2.338 pateras.

Este «coste altísimo de vidas» es «inaceptable» en una democracia, según la asociación, que lamenta las políticas «criminales» e «inhumanas» del Gobierno del PSOE con los inmigrantes, así como la «contamina- ción» de los partidos tradicionales del discurso xenófobo de la extrema derecha de Vox.

Esta cifra de fallecidos solo fue superada en tres décadas de migración en 2006 con la «crisis de los cayucos», señaló la asociación, que criticó que «el caos, la falta de recursos y la improvisación han provocado gravísimas violaciones de los derechos humanos». La única solu- ción, afirmó, es establecer vías legales y seguras para la entrada de inmigrantes y la reacción de una ciudadanía que no tolere como normal esta «barbarie».

Respecto a las entradas, la mayoría son personas de origen subsahariano para quienes el Estado español es solo un territorio de tránsito. De las 64.120 personas que llegaron en 2018, 57.537 lo hicieron por mar y 51.711 de ellas a Andalucía. «Una cifra perfectamente gestionable que en nada se parece a una invasión. Tenemos una invasión del 0,1 %», constató.

Denunció gravísimas vulneraciones a los menores –el 11% del total de llegadas–, atados con bridas o durmiendo en las cubiertas de los barcos.

Ayer, en una reunión informal de ministros de Interior de la Unión Europea (UE) en Bucarest, Alemania, el Estado francés, Portugal, Irlanda, Rumanía, Luxemburgo, Países Bajos, Italia y Malta apostaron por impulsar un mecanismo temporal para distribuir a migrantes rescatados en el Mediterráneo. En ese marco, el comisario Dimitris Avramopoulos pidió a los gobiernos que no paralicen las reformas necesarias para mejorar las políticas migratorias y de asilo en la UE por la cercanía de las elecciones de mayo.

Roma desaloja su mayor centro de acogida

El Gobierno italiano inició ayer el traslado de migrantes y refugiados del centro de acogida de Mineo, en Sicilia, a los de Trapani, Siracusa y Ragusa, también en la isla, después de que el titular de Interior, Matteo Salvini, decidiera el cierre del que ha sido el mayor centro de este tipo en Europa. El centro, que se abrió en 2011 y ha llegado a albergar a 4.000 personas, acogía a casi 1.200 personas, entre ellas 70 familias y 60 menores, procedentes de Gambia, Nigeria, Guinea, Mali y Costa de Marfil. El recinto, compuesto por 400 pequeños edificios, está en un pueblo de 5.200 habitantes de Catania, un lugar aislado rodeado de extensos campos cultivados. Los próximos traslados desde Mineo están previstos para el 17 y el 27 de febrero para poder clausurarlo antes de fin de año.

Salvini está aplicando una política de contención de la inmigración y ya ha anunciado el cierre de varios centros. El 23 de enero comenzó el proceso de cierre del segundo mayor, el de Castelnuovo di Porto, cerca de Roma y que acogía a 500 personas.GARA