Las milicias de la alianza kurdo-árabe de las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), avanzaban ayer en su ofensiva contra el Estado Islámico (ISIS) y se acercan al momento de proclamar la victoria sobre el grupo yihadista, que ha ocupado importantes zonas del territorio sirio desde 2014.

Sus combatientes, liderados por las milicias kurdas de las YPG y apoyados por EEUU, progresaron «en el eje septentrional y occidental en Baguz, capturando 41 posiciones del ISIS y destruyendo fortificaciones», indicó un portavoz de las FSD, Mustafa Bali, quien afirmó que se estaban produciendo violentos combates tras haber repelido de madrugada un contraataque.

El sábado, las FSD anunciaron el lanzamiento de la batalla final contra el ISIS en Baguz, el último pueblo bajo control yihadista en Siria, que está situado en la ribera oriental del río Éufrates, muy cerca de la frontera iraquí.

El portavoz de las FSD manifestó que la batalla no terminará con la toma de los últimos enclaves en Siria, sino que seguirá hasta liberar a miles de mujeres yazidíes «todavía esclavizadas» por el ISIS.

La minoría religiosa yazidí, comunidad de origen kurdo asentada desde hace más de 2.000 años en lo que hoy es Irak y que sigue una religión preislámica y sincrética que toma algunos preceptos del zoroastrismo, ha sido uno de los pueblos más perseguidos por el ISIS cuando autoproclamaron el llamado «califato» en Siria e Irak en 2014.

Entretanto, cientos de familias permanecen bloqueadas en el último bastióm del ISIS y no han podido escapar hacia territorios controlados por las FSD, según el opositor OSDH.