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BILBO

1.920 personas solicitaron asilo en Hego Euskal Herria

De las personas llegadas a Hego Euskal Herria a lo largo de 2018, casi 2.000 solicitaron asilo, según dio a conocer ayer la comisión de ayuda al refugiado CEAR. El problema sigue siendo que quienes llegan y reclaman protección frente a la vulneración de derechos se enfrentan a un sistema colapsado y denegador en el Estado español. Mientras las peticiones crecen, las resoluciones favorables descienden. El Estado rechaza tres de cada cuatro solicitudes, alertó CEAR.

La Comisión de ayuda al refugiado CEAR-Euskadi dio a conocer ayer el número de personas que solicitaron protección internacional en 2018. Otro año «récord» en el Estado español, con más de 54.000 solicitudes de asilo respecto a las casi 35.000 registradas en 2017, en el que, por contra, las resoluciones favorables descendieron, con una práctica de respuesta en la que 3 de cada 4 solicitudes son denegadas y ya hay acumuladas 78.000 pendientes de resolver.

En ese contexto, 1.920 personas llegadas a Hego Euskal Herria pidieron asilo. De ellas, 973 lo hicieron en Bizkaia, 385 en Araba y 237 en Gipuzkoa. En Nafarroa, se registraron 325 solicitudes. CEAR-Euskadi acompañó a 974 personas refugiadas a tramitar la petición de asilo, según precisó.

Detalló la organización de ayuda a las personas refugiadas que por nacionalidades Venezuela volvió a ser el principal país de origen, el 34%, seguida de Colombia (8%) y Honduras (4,7%). Entre las peticiones que atendió esta entidad, 478 solicitudes fueron formalizadas por mujeres y 496 por hombres.

Medidas frente al «atasco»

Con los datos sobre la mesa, responsables de CEAR-Euskadi volvieron a recordar que el derecho al asilo está recogido en la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Convención de Ginebra y la propia Constitución española y que tiene por objeto proteger a personas que llegan con sus derechos amenazados.

Sin embargo, la respuesta de la Administración, en un contexto mundial con más de 68 millones de personas desplazadas por graves violaciones de derechos humanos, es «una tasa de admisión muy por debajo de los principales países europeos de acogida», según destacó la organización humanitaria.

CEAR reclamó «medidas para solventar este atasco en el sistema de asilo que se lleva acumulando en los últimos años» y medios «materiales y humanos para garantizar tanto el acceso al procedimiento como su resolución».

Obstáculos nuevos

A las dificultades para acceder a protección se unen «nuevos obstáculos», entre los que citó CEAR que desde el pasado 1 de febrero «España requiere el visado de tránsito aeroportuario a las personas palestinas, un requisito que les impide llegar a las fronteras españolas y solicitar ahí el asilo», como ya ocurre desde el año pasado con personas llegadas de Gambia y Camerún. CEAR alertó, asimismo, de la «desprotección que están sufriendo las víctimas de las maras». «Las autoridades españolas siguen mirando para otro lado respecto a la violencia de las pandillas» pese a que los actos y amenazas de estos grupos se han considerado «motivo de persecución».

La directora de CEAR Euskadi, Patricia Bárcena, destacó que más allá de las cifras las personas que llegan son con quienes «convivimos en nuestros barrios, pueblos y ciudades» y, por ello, el reto es «garantizar una acogida digna a todas las personas que buscan refugio», y hacerlo «de manera conjunta y coordinada» entre organizaciones, instituciones y sociedad.