La defensa del hombre acusado de matar y descuartizar a una mujer en Gasteiz en junio de 2016 afirmó ayer que el procesado trató de suicidarse en prisión como forma de «pedir perdón», lo que, a su juicio, debería considerarse una «curiosa» atenuante de reparación.

Asimismo, pidió al jurado popular que tenga en cuenta que su cliente tiene diagnosticado un trastorno de personalidad y de dependencia al alcohol y las drogas, así como que confesó el crimen ante la Ertzaintza. Además, niega que existiera alevosía, por lo que pide para él una pena de cinco años de internamiento en un centro siquiátrico.

La fiscal, que reclama una condena de 20 años de prisión, argumentó que existen indicios claros de que se trata de un delito de «asesinato con alevosía», y señaló que, pese a que el hombre está diagnosticado de un trastorno de personalidad, cuando sucedieron los hechos poseía las facultades «conservadas en grado suficiente para entender sus actos, sin pérdida de noción de la realidad».

Cabe recordar que el acusado era amigo de la víctima, a la que golpeó con un objeto contundente y posteriormente ató a una cama. Tras acabar con su vida, descuartizó el cuerpo y lo arrojo al río Zadorra.