«Esta proposición hoy en estas condiciones no va a ser considerada por nuestra parte. Ni la vamos a apoyar ni la vamos a votar en contra. Nos vamos a ausentar como señal de protesta», dijo Laura Pérez, cabeza visible de Orain Bai. Y así lo hicieron, tumbando de facto una proposición sobre el Reglamento que ellos mismos habían registrado y suscrito. Y que forma parte del Acuerdo Programático.

Pérez elaboró un discurso confuso para explicar por qué cerraba el paso a una norma fundamental para el nuevo modelo de gobernanza que ha dibujado el cuatripartito para Nafarroa. La Ley de Participación enlaza con la nueva Ley de Contratos, la de Transparencia, etc. Pérez llegó a decir que siguen apoyando la ley pese a su ausentarse ayer impidiendo su tramitación –práctica, sin duda, innovadora para frustrar la aprobación de una iniciativa parlamentaria–. Con todo, ya se está en la recta final de la legislatura y prácticamente no existe posibilidad de que se retome.

En el discurso se habló abiertamente los motivos reales por los que se tumbó la ley. Orain Bai aclaró que responde así a la decisión de la Mesa de mantener como presidenta de la Cámara a Ainhoa Aznárez (con la que los parlamentarios de la corriente de Podemos que rompió con el partido mantienen cuitas personales) frente a sus intentos de expulsión. Las alusiones a este conflicto fueron múltiples. «Ya sabemos todos cómo funciona la Mesa de este Parlamento», ironizó la parlamentaria. Así, señaló que no pueden aprobar la proposición porque los demás socios han hecho «un 155» al grupo de Orain Bai.

La decisión de ausentarse y tumbar los avances en participación que recogía la ley (que regulaba las ILP y abría nuevos cauces a la implicación ciudadana) sentó muy mal entre los socios que mantienen el Gobierno. Sobre todo, entre los parlamentarios que habían trabajado meses en la elaboración de la norma. No entendían que todo vaya al traste por una vendetta.