Víctor Zuazola
Bilbo
KOLABORAZIOA

Carnaval a golpe de «clic»

Visito la exposición de los carteles seleccionados para representar la imagen de la edición 2019 de los carnavales de Bilbao.

Los carteles que estoy viendo se quedan en mi ojo físico, no logran entrar en mi corazón y no siento emoción.

Pero, si me lo permiten, quisiera dar mi humilde opinión comenzando por una pregunta y su respuesta: ¿dónde están las manos del artista? No las necesita...

Basta con la utilización de un dedo cuyo trabajo consiste en una pulsación que suena como un maravilloso «clic»...

Ante sus ojos tendrá un «espacio iluminado»... No es necesario que el artista se «ilumine». La «pantalla» se ocupará de irse iluminando a la medida exacta de lo que se la pida. Esa sensación del «horror vacui» que se le presenta al artista ante el vacío inicial de una obra ha desaparecido, ya no se da, no hay porqué pre-ocuparse.

Y así, la «pantalla iluminada» ofrecerá todo lo que se la solicite: si necesita un fondo, lo tiene; las variadas formas que necesite para conformar, las tiene; los colores que necesite, los tiene desplegados en una infinita paleta y basta con señalar el que prefiera, que lo tiene e incluso puede depositarlo allá donde también prefiera; los planos todos, las perspectivas y las dimensiones; el dónde situar cada forma, cada elemento compositor de la obra, le son servidos en «bandeja»; caligrafías variadas para textos... las tiene concedidas.

La sardinita vive en un mar virtual, atrapada en la pecera de la pantalla de una máquina...

No es necesario ponerse «manos a la obra». Tan solo poner el «dedo pulsador a la máquina» porque la máquina te va a decir muy amablemente que te olvides de tus manos y te pongas en las suyas.

No encuentro esa magia del origen y la originalidad. Ya todo está «originado», archivado y oculto tras el «clic». En cuanto a la calidad, no veo que esté relacionada con la cualidad; más bien, es algo relacionado con la calidad de la máquina...

Carteles como los que estoy viendo podrían hacerse y se hacen mil por día y más de mil.

Me encantaría y me encantaría y sería un encantamiento ver un cartel, ese cartel, que necesita de mil días y más para ser realizado.

Probablemente, hoy, no lo encuentre.