El foco mundial estaba ayer puesto en las fronteras de Venezuela con Colombia y Brasil, países desde donde partieron los camiones con la ayuda enviada principalmente por EEUU, Colombia y Brasil. El líder opositor y autoproclamado presidente Juan Guaidó se fotografió en Cúcuta, territorio colombiano, junto a los presidentes de Colombia, Iván Duque; el de Chile, Sebastián Piñera; y el de Paraguay, Mario Abdo; el secretario general de la OEA, Luis Almagro; y el representante especial de Estados Unidos para Venezuela, Elliott Abrams. Con gesto triunfante, Guaidó iba informando de la trayectoria de los camiones que contenían la ayuda.

Mientras, en Caracas el presidente venezolano, Nicolás Maduro, se unía a los manifestantes que recorrieron las calles de la capital para rechazar cualquier intervención extranjera bajo el pretexto de la ayuda humanitaria.

«El pueblo se moviliza en Caracas y en todas las ciudades del país. Vamos todas y todos a las calles a defender nuestra independencia, con conciencia y alegría. No habrá guerra en la Patria de Bolívar y Chávez, aquí triunfará la paz. ¡Venezuela se respeta!», escribió en Twitter.

Maduro anunció la ruptura de «las relaciones políticas y diplomáticas con el Gobierno fascista de Colombia» y dio 24 horas de plazo a los funcionarios colombianos para salir del país.

«La paciencia se agotó, no puedo seguir soportando que se preste el territorio de Colombia para una agresión contra Venezuela. Por eso he decidido romper todas las relaciones políticas y diplomáticas con el Gobierno fascista de Colombia», exclamó ante miles de manifestantes.

«Nunca antes un presidente de Colombia había caído tan bajo y había hecho contra Venezuela lo que ha hecho el señor Iván Duque, nunca antes, jamás, parece un tirapiedra, él tiene su cara de angelito pero yo le agarraría los cacheticos y le diría: (...) eres el diablo Iván Duque», añadió. Dejó claro que jamás se «rendirá» y llamó a los militares y milicianos a defenderlo en caso de que intenten derrocarlo.

«Mi vida está consagrada totalmente a la defensa de la patria. En cualquier circunstancia jamás, me doblegaré, jamás me rendiré, siempre defenderé a nuestra patria con mi vida misma», subrayó.

El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, volvió a emplazar a los militares venezolanos a escoger «el camino de la democracia» para «proteger al pueblo» y «no a la banda de ladrones» del presidente Maduro.

Desde Cúcuta, Guaidó exclamaba que «dadas las circunstancias excepcionales que vive la República, dejo sin efecto la calificación de traidores a la patria para efectivos militares que crucen la frontera».

Anuncian deserciones

La Migración colombiana divulgó a bombo y platillo la supuesta deserción de «dos mujeres de la Policía Nacional Bolivariana, un miembro de las Fuerzas Especiales (FAES), un conductor de una tanqueta de la Guardia Nacional, 18 miembros de la Guardia Nacional Bolivariana, dos de ellos con sus familias, y un oficial de la Armada venezolana». Estas se habrían producido en el departamento de Norte de Santander, cuya capital es Cúcuta, y en la región de Arauca.

En el municipio de Ureña, fronterizo con Colombia, un grupo de manifestantes, la mayoría encapuchados, destruyeron con piedras y palos dos autobuses rojos, distintivos del Gobierno.

Las unidades de transporte estaban dentro de una escuela a la que entraron varios de los encapuchados, después de echar de allí a un centenar de chavistas que estaban pernoctando en el sitio. Casi todos los comercios en la localidad estaban cerrados, así como la vía que comunica con San Antonio del Táchira, otro municipio fronterizo.

La diputada opositora Gaby Arellano aseguró que la Policía Nacional Bolivariana quemó en el puente Francisco de Paula Santander, que conecta al país con Colombia, dos camiones que llevaban la «ayuda» prometida por Guaidó. Sin confirmar, denunciaron la muerte de al menos dos personas en la frontera entre Brasil y Colombia.