A pesar de los llamamientos de Islamabad a calmar la situación y la liberación del piloto indio capturado , la violencia continuó ayer en Cachemira, la región en disputa entre India y Pakistán.

A ambos lados de la línea de demarcación que hace de frontera cayeron disparos de obuses y once personas murieron solo en la región de Cachemira ocupada por India.

Unos días antes cuatro civiles habían muerto en el lado paquistaní y miles tuvieron que huir de sus casas por los enfrentamientos.

Entrega del piloto

A la vez, el Gobierno de Pakistán liberó a Abhinandan Varthaman, el soldado indio capturado en la refriega área del miércoles, y fue entregado las autoridades indias en lo que el primer ministro paquistaní, Imran Khan, describió el jueves como «un gesto de paz».

«Bienvenido a casa. El país está orgulloso de tu ejemplar valor. Nuestras Fuerzas Armadas son una inspiración para los 1.300 millones de indios», escribió el primer ministro indio, Narendra Modi, en Twitter.

Por su parte, el jefe del Ejército de Pakistán, Qamar Yaved Bajua, advirtió de que el país «responderá ante cualquier agresión en defensa propia».

Además, Islamabad denunciará a India ante la ONU por «terrorismo ecológico» por el incendio de bosques en los bombardeos del martes, cuando Nueva Delhi atacó un campamento en suelo paquistaní de Jaish-e-Mohammed.

Este grupo islamista reivindicó el atentado del pasado 14 de febrero en el que murieron 42 policías indios. Como respuesta, Pakistán anunció el miércoles el derribo de dos cazas indios y la captura de un piloto.