Iñaki TELLERIA
Athletic

¿Cuénta Gaizka Garitano con mimbres para algo más?

La derrota ante el Valencia da la razón a quienes, como el propio técnico, no quieren oir hablar de Europa.

Ni el gran trabajo de sus centrales salvó esta vez al Athletic. Yeray Álvarez e Iñigo Martínez volvieron a ofrecer un rendimiento notable, pero eso no siempre es suficiente si arriba nadie marca goles. Si ningún jugador rojiblanco es capaz de acertar en la portería contraria, tarde o temprano, se terminan encajando goles. Es de cajón.

La derrota del Athletic plantea bastantes incógnitas. Una de ellas es que el Valencia había jugado un intenso partido el jueves por la noche, por lo que sus jugadores solo tuvieron dos días de descanso. Nadie lo hubiera dicho porque la intensidad corrió más del lado local. El equipo levantino está inmerso en tres competiciones y el domingo en Mestalla estuvo más fresco que el Athletic, sobre todo de mente.

El equipo que entrena Gaizka Garitano fue absolutamente plano en la creación y nulo en ataque. En el centro del campo Dani García ejerció solo de recuperador de balones, casi más dedicado a ser el quinto defensa, en tanto que Beñat no terminó de generar juego. A la falta de ideas para hilvanar jugadas hay que sumar su desplome físico en la segunda parte, difícil de justificar en profesionales que llevan tiempo jugando un solo partido a la semana.

Entradas de San José y Kodro

A falta de media hora Garitano sacó a San José, de perfil más similar al de Dani que al de Beñat, con lo que la creatividad pasó al olvido. Con la salida luego de Kodro se podía pensar en colgar balones al área o aprovechar las jugadas a balón parado por la corpulencia de Kenan –no queda muy claro qué puede aportar este jugador que no tuviera Guruzeta– y de San José y la facilidad para ir de cabeza de los centrales. Pero tampoco era el día de los pases de Ibai. El extremo de Santutxu sigue sin despegar cuando sale de titular y el Alavés tampoco parece haber acusado su baja.

Arriba tampoco estuvo fino Muniain, que lleva varios partidos desaparecido y Williams parece no tener claro lo que debe de hacer en cada momento o nadie le explica a qué debe de jugar en determinados supuestos.

Estas circunstancias parecen dar la razón a Garitano para no querer hablar de Europa como objetivo. La llegada del de Derio ha aseado las cifras de partidos ganados y perdidos y ha reducido los goles encajados. Fundamentalmente a base de empuje, derroche físico y concentración. Una fórmula que funciona contra equipos “menores” y, sobre todo, en casa, donde los rojiblancos salen más motivados.

Garitano cogió el equipo devorado por el pánico en el entorno al ver al equipo coqueteando con el descenso mediada ya la temporada. La terapia de choque ha funcionado y los miedos han desaparecido. Con los resultados ofrecidos tras la llegada del técnico vasco al equipo le da para salvarse o, al menos, para no sufrir.

Sin embargo y una vez que la nave parece enderezada, hay motivos para preguntar si a esta plantilla no se le puede exigir un poco más o que haga que sus partidos sean más agradables e incluso cuando van por delante no sean una agonía para el aficionado hasta el último minuto.

No parece fácil porque Beñat es el único que parece capaz de organizar el juego viendo un poco más allá de diez metros a la redonda. Jugadores que podrían haber jugador ese papel, como Iturraspe o Unai López –anteriormente Aketxe– o se han borrado ellos mismos o no se cuenta con ellos desde la dirección técnica.

En estas condiciones, el viernes en San Mamés se prevé otra cita con tintes épicos para tratar de ganar a un rival directo como el Espanyol.