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LONDRES
WESTMINSTER RESPALDA LA PETICIÓN DE APLAZAR EL BREXIT

May pedirá tiempo a la UE y apelará al miedo a las elecciones europeas

El Parlamento británico aprobó solicitar a la UE una prórroga en la fecha del Brexit, prevista para dentro de dos semanas, con la que Theresa May pretende votar de nuevo el plan pactado con Bruselas, rechazado ya dos veces. Ahora, esgrimirá el miedo a un largo aplazamiento que obligaría a Reino Unido a participar en las elecciones europeas.

El Parlamento británico aprobó solicitar a la Unión Europea que retrase la fecha del Brexit, prevista actualmente para el 29 de marzo, con el fin de evitar una salida caótica.

El texto redactado por el Gobierno de Theresa May recibió el apoyo de 412 diputados, mientras que 202 votaron en contra.

La Cámara de los Comunes se ha negado hasta dos veces a aprobar el acuerdo del Brexit negociado por Londres y Bruselas en ambos casos con mayorías históricas, lo que abocaba a una salida abrupta y sin medidas que la suavizaran. Sin embargo, May volverá a intentarlo.

Tras el rechazo del miércoles a un Brexit sin acuerdo, la Cámara aprobó pedir un retraso en la aplicación del artículo 50 del Tratado de la UE, hasta el 30 de junio si los Comunes aprueban un plan de Brexit antes del 20 de marzo y más largo si no hay acuerdo.

Si para el próximo 21 de marzo, cuando los jefes de Estado y de Gobierno celebren el Consejo Europeo no tienen encima de la mesa la aprobación del plan de salida o una petición razonada de prórroga corta, Reino Unido deberá presentar candidatos a las elecciones europeas.

Precisamente, este condicionante sirve a May para presionar a los más euroescépticos y a los unionistas del DUP, apoyo de su Gobierno, que, sin un acuerdo, verían de nuevo al país participando en las instituciones comunitarias que rechazan.

May, fiel a su fama de testaruda y con la estrategia del miedo, prevé presentar al Parlamento antes del miércoles el plan del Brexit ya rechazado en dos ocasiones. La prórroga aprobada ayer sería un ultimátum: O los brexiters aceptan este escenario o las consecuencias de un aplazamiento mayor que puede incluir elecciones europeas.

Algunos de estos ya apuntaban el miércoles la posibilidad de cambiar de opinión y apoyar el acuerdo pactado con Bruselas.

Y eso que ayer 180 conservadores volvieron a votar contra la propuesta del Gobierno. Incluido el propio secretario para el Brexit, Stephen Barclay

La UE debe ser unánime

La otra dificultad está en la Unión Europea, que ya se ha manifestado en varias ocasiones para decir que el único acuerdo posible es el que ya está sobre la mesa, descartando una nueva negociación.

Además, como recordó ayer, la prórroga del Brexit debe ser respaldada por unanimidad de los Veintisiete. Solo uno de los socios de la Unión podría bloquearla y empujar a Reino Unido a una salida «desordenada».

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, manifestó que pedirá a los líderes comunitarios que acepten una prorroga «larga» si el Reino Unido decide replantearse su estrategia de salida.

Por otro lado, los diputados británicos rechazaron otras enmiendas, como la que proponía retrasar el Brexit con el objetivo de celebrar un segundo referéndum y otra laborista que pedía la ampliación del artículo 50 para dar tiempo a lograr un consenso en los Comunes en torno a un plan alternativo al del Gobierno.

Por otro lado, el presidente de EEUU, Donald Trump, calificó la forma en que Londres ha gestionado el Brexit como «una vergüenza», y lamentó que May no hiciera caso de las «ideas» que le dio sobre cómo negociar.

La Cámara rechaza celebrar un segundo referéndum

La propuesta de celebrar un segundo referéndum fue rechazada por 334 votos en contra y 85 a favor. El Partido Laborista, que había asumido como política propia la petición de la consulta, se abstuvo y no la apoyó argumentando que ahora no es el momento. Sin embargo, varios diputados votaron en contra y abrieron otra crisis en el partido que provocó varias dimisiones, incluidas las de miembros del «gabinete en la sombra». La postura laborista fue criticada por los liberales y calificada de «hipócrita» por el Partido Nacionalista Escocés, SNP, que estimaron que los laboristas han hecho un papel «de facilitadores del Brexit» para los conservadores. Su líder en el Parlamento, Ian Blackford, añadió que Escocia «debe ahora ponerse en marcha. Nuestros intereses no son atendidos por esta camarilla de Westminster», en alusión a un segundo referéndum de independencia. Las campañas “People's Vote” y “Best for Britain”, que apoyan la celebración de un segundo referéndum del Brexit criticaron que esta opción se votara ayer y esgrimieron que no era el momento oportuno ya que la jornada debía centrarse en la prórroga del Brexit, que proteja al país de una «perjudicial» salida caótica. El laborismo se aferró a esta opinión para defender su postura

Los partidarios de seguir en la UE han convocado una movilización para el próximo 23 de marzo en la que insistirán en reclamar un referéndum.GARA