Maddi TXINTXURRETA
35 ANIVERSARIO DE LA EMBOSCADA DE PASAIA

MEMORIA Y VERDAD CONTRA EL TERRORISMO DE ESTADO

BAJO EL LEMA «HAMAIKA KASU, ALDARRI BERBERA», AZPEITIA RECORDÓ A LAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO DE ESTADO, TRAS CUMPLIRSE ESTE VIERNES 35 AñOS DE LA FATÍDICA EMBOSCADA DE PASAIA. CONDENÓ QUE EN ESTA «SUPUESTA DEMOCRACIA» CIENTOS DE ASESINATOS HAYAN QUEDADO IMPUNES.

Quedan aún por recoger todos los casquillos bañados en sangre de Txiki y Otaegi. Sigue resonando en la iglesia de San Francisco de Gasteiz aquella voz que el 3 de marzo del 76 decía: «aquí ha habido una masacre». Una masacre que dejó cinco muertos. Los «doscientos o trescientos hijos de la gran puta» concentrados en la plaza de toros de Iruñea en los sanfermines del 78 no han olvidado que no les importó matar a Germán Rodriguez. Ni se han aclarado los moretones de Joxe Arregi. No ha llegado a ningún puerto la reivindicación de los GAL del asesinato de «Kattu». No se les ha quitado las capuchas a los pistoleros ultraderechistas que mataron a Josu Muguruza. No se sabe dónde está «Naparra».

El viernes se cumplieron 35 años desde que la orden «¡alto, Policía» precediera una lluvia de balas que alcanzó en Pasai Donibane a los miembros de los Comandos Autónomos Anticapitalistas (CAA), Pedro Mari Isart «Pelitxo», Rafael Delas «Txapas», Dionisio Aizpuru «Kurro» y Jose Mari Izura «Pelu». Ayer, en la plaza de Azpeitia, los familiares de las víctimas de la emboscada de Pasaia y las mencionadas de la guerra sucia, la extrema derecha, el franquismo y los GAL, convocadas por Pasaiako Sarraskia Argitu, denunciaron la impunidad judicial que durante años ha silenciado la violencia de Estado.

Peio Aizpuru, hermano de Kurro, habló en nombre de los familiares afectados de la emboscada de la Bahía de Pasaia. «Tenemos que conseguir, cuanto antes, que las injusticias que se han perpetrado contra vosotros se cuenten como es debido en el relato de la historia de Euskal Herria», dijo, mientras alrededor de 300 asistentes al acto le respondían con aplausos.

La portavoz de las otras víctimas fue Ane Muguruza, hija del diputado de Herri Batasuna, Josu Muguruza. Dijo que desde algunas instituciones vascas «han habido» pasos para esclarecer los casos de la violencia policial y demás aparatos del Estado, pero recalcó que aún «hay mucho camino por recorrer». Pidió «toda la verdad» y condenó la «impunidad» que gozan los responsables de las masacres.

Los datos de la Fundación Egiari Zor confirman la injusticia: de lo 364 asesinados por la violencia del Estado español, tan solo 82 han sido reconocidos oficialmente.