Aimar ETXEBERRIA
Txirrindularitza

Locomotora De Gendt

La falta de esprinters de talla mundial y la pasividad de los favoritos favoreció la victoria del corredorbelga, que llegó en solitario a la meta de Calella tras culminar una escapada de más de 150 kilómetros.

Escapada es sinónimo de Thomas De Gendt, y si el belga está de por medio esta tiene muchas posibilidades de resultar exitosa. Es el mejor resumen de la primera etapa de la Volta a Catalunya, disputada con salida y llegada en la localidad barcelonesa de Calella (162,9 km), y en la que De Gendt hizo gala de su habilidad de cazador de etapas. El belga, junto a Alexis Gougeard, Ángel Madrazo, Álvaro Cuadros, Luis Ángel Maté y Huub Duijin, saltó del grupo principal en el kilómetro cuatro para no parar hasta llegar en solitario a la línea de meta.

El entendimiento entre los fugados se rompió cuando el propio De Gendt, al verse superior a sus compañeros de aventura, atacó en las rampas del tercer y último puerto de primera categoría de la jornada (Coll Formic, 7,3 km al 5%), que se culminaba a unos 55 kilómetros de meta. Lo protagonizado a partir de ese momento por el corredor belga fue un auténtico espectáculo. Con más de tres minutos de renta sobre el pelotón principal, y nada más lejos de aminorar la marcha, el belga fue incrementado las distancias con respecto al grupo de los favoritos, que parecía que se había desentendido de la victoria de etapa.

Y es que, con la ausencia de esprinters de talla mundial, los dos equipos que más trabajaron fueron el Arkéa del alemán André Greipel y el Euskadi Murias, con vistas a meter a Mikel Aristi en el lucha por la victoria de etapa. No obstante, las diferencias entre cabeza de carrera y pelotón, en vez de disminuir, fueron en aumento, hasta el punto de que De Gendt llegó a gozar de una renta cercana a los cuatro minutos y medio a unos 30 kilómetros para el final.

Ya con una renta suficiente como para certificar la victoria, el belga puso en marcha su locomotora para recorrer a placer los últimos kilómetros de la jornada. En el pelotón, tanto Sunweb –para Michael Matthews– como Arkéa trataron de hacer un último esfuerzo a la desesperada, esfuerzo que resultó en balde ya que todo el pescado estaba vendido. La cuestión era saber la renta con la que llegaría De Gendt a meta, que al final resultó ser de dos minutos y 42 segundos respecto al pelotón. Entre medias se coló Maximilian Schachmann, que picó cuatro segundos al grupo de los favoritos. La Volta afronta hoy un parcial que a priori resulta idóneo para los esprinters, aunque el final ofrece la posibilidad de moverse a quien quiera rascar unos segundos de cara a la clasificación general.

Aru, al quirófano

En otra serie de cosas, el sardo Fabio Aru es noticia por su ausencia en la edición de esta Volta, a donde han acudido los mejores ciclistas de grandes vueltas con las excepciones del neerlandés Tom Dumoulin y el esloveno Primož Roglič. Aru, cuya última victoria data de 2017, en la quinta etapa del Tour, tuvo que abandonar recientemente la París-Niza debido a sus problemas en la arteria ilíaca, por los que «no recibía el aporte adecuado de sangre cuando intentaba hacer un esfuerzo máximo, con la consiguiente pérdida de potencia», según informaron este pasado domingo los servicios médicos de su equipo, el Team Emirates.

El paso obligado por el quirófano hará que el sardo también se pierda el Giro, su objetivo principal de la temporada. Tras la intervención, Aru deberá guardar reposo absoluto durante un mes y no hay fecha exacta para su vuelta a la competición, que se espera para dentro de tres o cuatro meses.