Dabid LAZKANOITURBURU

El régimen se sucede a sí mismo tras la renuncia del moribundo Bouteflika

Tras la renuncia de Bouteflika, el Parlamento argelino designó como su sustituto interino al presidente del Senado, Bensalah, pese al rechazo popular a un «puro producto del régimen».

La Asamblea Nacional Popular (Parlamento) y el Consejo de la Nación (Cámara Alta) argelinos certificaron ayer la renuncia del presidente argelino, Abdelaziz Bouteflika, y pusieron así en marcha un modelo de transición que se quiere controlado y que tutelará precisamente el hasta ahora presidente del «Senado», Abdelkader Bensalah.

Bensalah es un hombre de la vieja guardia: fue designado presidente del Parlamento en 2002, tres años después de que Bouteflika se hiciera con el poder y se ha mantenido fiel al mandatario y su familia. Fue uno de los promotores de la opción de reelegirle para un quinto mandato consecutivo.

La propuesta salió adelante con los votos del histórico Frente de Liberación Nacional (FLN) y de su socio, la Reagrupación Nacional Democrática (RND). En contra se posicionó toda la oposición, el islamista tolerado Movimiento Social por la Paz (MSP), el Partido de los Trabajadores (PT) y el Frente de Fuerzas Socialistas (FFS).

Críticas internas

El diario progubernamental “El Moudjahid” sugirió el martes descartar a Bensalah. Sin embargo, el jefe del Estado Mayor del Ejército, el general Ahmed Gaid Salah, insiste en que la sucesión de Bouteflika se haga en los estrictos límite constitucionales.

Este es el problema. La calle quiere que la transición se haga desde el exterior de la Constitución para permitir reformas profundas y elecciones libres.

El diario “El Moudjahid” evocó, asimismo, un posible compromiso con la creación de una «comisión independiente» que se encargaría de todo el proceso electoral.

No parece que el régimen esté para compromisos y ayer, por primera vez desde que hace siete semanas comenzaran las protestas multitudinarias, policías antidisturbios emplearon gas lacrimógeno y extendieron un férreo cordón policial para detener la marcha de miles de estudiantes en Argel bajo el lema «¡Abajo Bensalah!» y «¡Abajo el Régimen!». La Policía reprimió protestas similares en en otras ciudades como Tizi Ouzu, la capital de la Kabilia.